El Duke y Liván: otra vez noticia...

Por Reinaldo Rogelio (Especial para Pasaje Deportivo)   

          

Foto: Tony Vizoso

Los hermanos Orlando El Duke Hernández y Liván Hernández suelen ser noticia. 

Esta vez, en un duelo lejos de un terreno de béisbol (aunque con una grama tan verde como la de los jardines de un campo de pelota), los dos notables lanzadores libraron una intensa batalla… como jugadores de golf.

Este miércoles 9 de noviembre, Liván, mucho más experimentado, ganó la competencia “Con el Golf en la Sangre”, disputada a 18 hoyos en el Melreese Country Club de Coral Gables, Florida.

Fue un evento a beneficio de las organizaciones sin fines de lucro Sandra Delucca Developmental Center, The First Tee Maimi y St. Jude Children’s Research Hospital.

En declaraciones a Pasaje Deportivo, El Duke reconoció que su hermano Liván jugó muy bien y “yo también me siento un ganador, porque lo más importante es la contribución de encuentros como este  para actividades humanitarias que implican una ayuda a muchos desamparados”.

Liván se sintió “muy satisfecho por su victoria” y también coincidió con El Duke en que “lo más importante es la recaudación de fondos para los más necesitados”.

Omar Claro, representante del Duke Hernández y activo organizador de la competencia, resumió la jornada con la expresión: “Ha sido una jornada muy competitiva. Estos son dos hombres de competencia”.

Los dos ex lanzadores de Grandes Ligas han devenido activos jugadores de golf, aunque El Duke reconoce que fue su hermano Liván quien insistió en convertirlo en golfista, pues a él en un principio no le atraía esta actividad deportiva.

Orlando El Duke Hernández, cuya legendaria casaca número 26 trae gratísimos recuerdos a los “fans” de los Yankees de Nueva York, conquistó tres anillos de Serie Mundial (1998, 1999 y 2000) con los Mulos de Manhattan, y sumó una cuarta conquista en el Clásico de Otoño enfundado en el uniforme de los Medias Blancas de Chicago (2005).

Liván Hernández contribuyó al triunfo de los Marlins de la Florida en la campaña de 1997, y fue un caballo de batalla con la camisa número 61 para los Nacionales de Washington.