Por RAFAEL ROFES PEREZ
Por estos días se habla…, se dice, se comenta, que en Cuba a nuestro deporte nacional se le practicarán transformaciones “necesarias” para mejorar su salud. Varias reuniones “analíticas” con todos los encartados en el asunto se han efectuando para tratar de remendar su techo, por demás repleto de “goteras”, por no habérsele dado el lógico tratamiento a tiempo como realmente merece.
Entre los puntos que se analizaron se mencionaron “a priori” el cambiar la estructura actual de la Serie Nacional, en la que tomarían parte nuevamente 16 conjuntos el próximo ano, que el director del equipo Cuba se dedique solo a ese rol, que sean capacitados técnicos, árbitros, analizar la estimulación a los jugadores activos y retirados, entre otros aspectos.
Pero…, por supuesto, y como muchos desearían y otros no, se rumora desde ya que desaparecería automáticamente el conjunto de Metropolitanos, dueño de la polémica, la discusión y la discordia desde su propia aparición.
¿Sería realmente justo desparecer a un equipo que aunque muchos no lo consideren así, ha escrito su propia historia en nuestros clásicos, independientemente de sus logros y desaciertos?
Antes de entrar en el análisis del tema, prefiero aclarar que no soy habanero, pues ante todo soy villaclareño de pura cepa, y aunque algunos colegas esgriman la teoría de la imparcialidad a la hora de hablar de pelota, MIENTEN. Todos tenemos nuestros gustos y, por supuesto, el equipo de nuestra preferencia . Lo demás es puro cuento.
Recuerdo perfectamente cuando me desempeñaba como cronista deportivo en el periódico Tribuna de La Habana, de la capital, que los Metropolitanos eran una selección de respeto, bien poderosa, que se batía de tú pot tú con los mejores, merced a la calidad de sus integrantes, quienes estuvieron a punto de eliminar a una ocasión a sus hermanos de Industriales en el peleado play off de la campaña 1999-2000.
Ya antes habían sentando cátedra en la justa de 1997-98, al colarse por primera vez, después de 1985, en una postemporada, con cifra récord de victorias con 52. Finalmente se vieron superados por el Habana, y terminaron en un honroso sexto peldaño en la tabla, junto a los mejores equipos de aquella etapa.
En varias oportunidades conversé con algunos de sus peloteros, se sentían muy a gusto en esa novena, como Enriquito Díaz y Antonio Scull, quienes defendían a capa y espada ese traje, y me plantearon por aquella fecha que no deseaban pasar a Industriales, pues tenían más que claro la bandera que representaban. Pero por lógica, con eso de “desmantelarlos” tuvieron posteriormente que cambiar de parecer.
Por sus rosters han desfilado peloteros de la talla de René Arocha, Yoandri Urgellés, Pablo Miguel Abréu, Rafael Gómez Mena, Ernudis Poulot, Rolando Verde, Rudy Reyes, Alexander Malleta, Jorge Salfrán, Luis Felipe Díaz, José Modesto Darcourt, Antonio Scull y Enriquito Díaz, por solo citar unos pocos, porque la lista se haría bien extensa.
La gran mayoría de sus integrantes han sido trasladados finalmente a Industriales por varios motivos y situaciones que han perjudicado al conjunto rojo y alentado la crítica de sus detractores, quienes argumentan que esta medida solo favorece a los azules, que tienen su propia sucursal, mientras el resto de las selecciones del país quedan en pura desventaja. En eso tienen toda la razón.
Aún así es bueno señalar que los Metros alcanzaron un honroso tercer puesto en la XVI Serie (1977), campeonato ganado por Citricultores, con Vegueros como subcampeones; y similar actuación tuvieron en la XXI (1982), en la cual se invirtieron los escaños en cuanto a pinareños y matanceros.
Los rojos tenían su propio público que los apoyaba, inclusive de la propia capital que los preferían por encima de los Industriales y ese detalle hacía mas encarnizados los enfrentamientos entre ambos, y en todas parte de la Isla los aficionados los disfrutaban, duelos que aún hoy gozan de rivalidad, independientemente que los primeros quedan “desarmados” cada vez que rompe a una nueva temporada.
Uno de los factores que han incidido en “desangrar” a los rojos lo ha sido la fuga masiva de peloteros de la capital que salen del país por cualquier vía para probar suerte en el exterior, fenónemo harto conocido e inevitable en los últimos tiempos.
La Comisión Provincial de Béisbol habanera no lo ha pensado dos veces y ha tratado de llenar el vacío de aquellos que buscan otros horizontes, a través del traspaso de peloteros de Metros a Industriales, y si en esto la Comisión Nacional ha estado ajena y lo permite, no se debe culpar en su totalidad a los directivos habaneros, que como es lógico fortalecen a su equipo insignia, movimiento que haría cualquier otro territorio del país si estuviese en igual situación.
Creo que si en algún momento se pensó seriamente eliminar a los Metros debió haberse hecho mucho tiempo antes, cuando dejó de convertirse en equipo de posibilidades para ser eterno sotanero.
Hoy en día hay conjuntos con menos posibilidades que ellos, con dos que comienzan de cero como Artemisa y Mayabeque y convecido estoy que si a los Metros se les permite continuar en nuestros clásicos sin sacarle jugadores, este conjunto podría volver a los planos estelares.
El material joven del cual se nutre hoy tiene calidad suficiente para brillar, como son los casos del torpedero Roberto Carlos Ramírez, el antesalista Jorge Luis Barcelán, los jardineros Stayler Hernández y Eliut Torres y el lanzadore Abiel Viego, por solo mecionar algunos. ¿Y qué sería de ellos si Metros desaparece?
Vale comentar que desde que se dio la voz de play off en esta 51 Serie, coloqué en este blog una encuesta para conocer de de cierta manera el criterio de los lectores respecto a la permanencia o no de Metros en nuestros clásicos.
Pues bien, la inmensa mayoría apoya la idea de que no deben ser eliminados, con 40 votos a favor y solo 18 en contra, lo que da la medida de que a pesar de los pesares todavía tienen apoyo de parte de la afición, la que aún desea verlos pelear en el terreno.
Yo por mi parte no creo que eliminar a Metros sería una gran medida a favor de nuestra pelota. Eso sí, que dejen de una vez y por todas de debilitar sus cimientos para que pueda, como los demás, aspirar a ganar y no solo a desarrollar jugadores para su hermano azul.
Se extrañaría a ese conjunto, y créanme que hasta sus detractores le echarían de menos.
Son estos tiempos de hacer cambios radicales en nuestro béisbol y sería mucho más saludable hacer lo que hay que hacer y dejar vivir un poco más a Metros, que tal parece y según los resultados tendrán una buena temporada, o si no, que le pregunten a los Cocodrilos de Víctor Mesa.
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