2012/02/29

Salarios de escándalos


Por NELSON DE LA ROSA RODRIGUEZ (Especial para Pasaje Deportivo)

Cuando el pasado 7 de diciembre el pelotero dominicano Albert Pujols firmó su contrato por diez años con la novena de Los Ángeles, una ola de comentarios, unos a favor y otros en contra, inundó los informativos de casi todo el mundo.

La rúbrica puso en blanco y negro que el hasta ese momento jugador estrella de los Cardenales de San Luis jugaría con su nuevo equipo diez temporadas en las que ganará en total 254 millones de dólares, el tercer contrato más grande en la historia del Béisbol estadounidense.

El tres veces ganador del premio al Jugador más Valioso, ahora con 32 años, solo es superado en la lista por Alex Rodríguez, quien firmó a principios de 2001 con los Rancheros de Texas por diez años y 252 millones. Como si fuera poco tanto dinero, justo antes del comienzo de la temporada de 2008 los Yankees le pagaron al propio Alex Rodríguez 275 millones por otros diez años.

En la pasada temporada, Pujols conectó 37 jonrones para seguir superando la barrera de los 30 vuelacercas por undécima vez, remolcó 99 carreras y se convirtió en el tercer pelotero de la historia en conectar tres jonrones en un juego de la Serie Mundial.

Los Angelinos hicieron alarde de sus ganancias, pues además de lo que le pagarán a Pujols firmaron por cinco temporadas al pitcher zurdo C. J. Wilson por una cifra superior a los 70 millones.

Los casos anteriores no son aislados. Aquí va la lista de los peloteros con mejores contratos cuando ya se piensa en la temporada de 2012.

Si usted no está habituado a informaciones de este tipo creerá que solo el Béisbol reparte tanto dinero en salario. Sin embargo, el Fútbol también tiene lo suyo. Para comprobarlo demos una mirada a los futbolistas de mayor ingreso en el año 2011.


 Realmente, la situación en el deporte mundial ha cambiado. Muy lejos está la Carta Olímpica del Barón Pierre de Coubertin en la que se señalaba que lo importante en el deporte es competir y ejercitar el cuerpo. Atrás quedaron los tiempos en los que a un deportista se le retiraban las medallas olímpicas si se comprobaba que en algún momento de su carrera había recibido algo de dinero. Hoy en día son los propios Comités Olímpicos Nacionales los que le pagan a sus deportistas por las medallas obtenidas en los Juegos Olímpicos y en algunos casos las cifras son asombrosas.

Por ejemplo, en las más recientes citas olímpicas Israel premió a sus campeones con 166 000 dólares, a los medallistas de plata con 100 000 y los ganadores de bronce con 66 000 para ser el Comité Olímpico “más generoso”. Le sigue Italia, que le concede a sus monarcas la cifra de 130 000 euros y por detrás México que ocupa la vanguardia americana con 123 000 dólares de premios a sus campeones estivales.

Es fácil pensar que en el caso de estos países tales cifras se ofrecen porque sus oportunidades de medallas son algo reducidas. Sin embargo, veamos lo que reparten como promedio por preseas países como Rusia, Estados Unidos, Alemania y la República Popular China, según las referencias de las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos.




El deporte actual genera muchos ingresos y por lógica los deportistas son los más beneficiados. Hoy el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) son los grandes animadores de las ganancias, sin demeritar en modo alguno a otras entidades muy fuertes como son la Major League Baseball, la Federación Internacional de Tenis, la National Basketball Asociation (NBA) y la Federación Internacional de Automo-vilismo.

Sus principales ganancias provienen de las empresas transnacionales o sponsors, entre las que se destacan compañías de bebidas como Coca Cola, Pepsi Cola, Budweiser, Anheu-ser, Miller Brewing y Gatorade; constructores automovilísticos como Chevrolet, Ford, Toyota y American Honda; fabricantes de alimentos como McDonalds Corp.; y hasta especialistas en informática como la IBM, además de las puramente deportivas NIKE, ADIDAS y UMBRO.

Para que se tenga una idea, recientemente la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) llegó a un acuerdo con Pepsi Cola por el que percibirá 2 300 millones de dólares por diez años de patrocinio. Nunca antes se había llegado a un acuerdo por tanta cantidad del dinero en la historia del deporte.
                               
Si miramos al Fútbol en Europa notamos que el Barcelona FC recibe 30 millones anuales durante 5 temporadas por lucir en su camiseta la publicidad de Qatar Foundation, mientras que el Real Madrid tiene un contrato con Bwin por el que ingresan 15 millones por año hasta el 2015.
               
Otra fuente de ingresos es la televisión que paga cifras millonarias por los derechos de transmisión. Entre las cadenas más sobresalientes aparecen NBC, ESPN, FOX y sus sucursales en la televisión por cable. Es bueno conocer que entre los años 2001 y 2006 la FOX adquirió los derechos exclusivos para trasmitir la postemporada y el Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas por un valor superior a los 2 500 millones de dólares.





Hoy los deportistas son profesionales cuyo trabajo es competir y ser recompensados por ello. De ahí que la lista de los más reconocidos en la temporada 2011 incluya a representantes de diversas disciplinas. Como muestra, aquí les va el quinteto de vanguardia por países, sin incluir las ganancias por concepto de primas y contratos publicitarios.

Esta es una sencilla muestra de algunos de los deportistas con mejores salarios en la temporada 2011. Ahora bien, la gran pregunta es, ¿son justos esos salarios?

Luego de comprobar que el deporte es competencia, espectáculo, empresa, negocio y ganancias, los dueños de los clubes, patrocinadores y organizadores de las más importantes competencias pagan lo que consideren “justo” por los servicios de un determinado deportista y es necesario aclarar que muchas veces esos dueños de equipos o clubes no son ni siquiera exdeportistas, sino empresarios en toda la extensión de la palabra.

Esa inversión, según ellos, debe reportarles mejores resultados competitivos y un mayor beneficio en la taquilla de los estadios. Algo que muchas veces se logra, pero no siempre.
                               
En ocasiones aparecen lesiones, hay bajos rendimientos y en no pocos casos la taquilla no surte el efecto anhelado, pero el contrato millonario se mantiene.

En más de una ocasión los aficionados se ven decepcionados por los resultados de los deportistas y les echan “en cara” que su labor deportiva no justifica el salario que reciben.

Para mí es injusto que un deportista reciba más ingresos que un profesional de la medicina, la educación o un investigador cuya incidencia en el beneficio de la sociedad es mucho mayor y que para alcanzar la maestría que posee necesitó estudiar durante años y cada día dedicar tiempo a la autopreparación.

Es cierto que la carrera de un deportista está llena de sacrificios. Muchos de los que ahora son millonarios se formaron en la más cruda pobreza. Para la mayoría de ellos el camino resultó difícil y con el trabajo diario tiene que mantener una forma deportiva adecuada que le permita encarar los retos competitivos, pero aún así sigo creyendo que los salarios son extremadamente altos.

Soy un amante del deporte y sus emociones. Sé lo que es capaz de generar un jonrón con las bases, un gol decisivo, el ganar una etapa de la Fórmula 1 o marcar la canasta que decide un partido. Sin embargo, esas acciones nunca podrán superar la importante labor de aquellos que forman a otros profesionales, los que salvan una vida o trabajan en la esfera de la investigación.

En el mejor de los casos los deportistas más sensibles patrocinan programas de investigación, instituciones médicas y academias juveniles. Gestos de este tipo tienen una gran incidencia en la comunidad. Un caso conocido es el de Alex Rodríguez, quien en el año 2003 donó casi 4 millones de dólares para renovar el estadio de Béisbol de la Universidad de Miami. También se recuerda al puertorriqueño Roberto Clemente, quien encontró la muerte en un accidente aéreo, mientras llevaba ayuda humanitaria a Nicaragua cuando este país fue víctima de un terremoto.

De la misma forma, eventualmente, se realizan partidos de Fútbol con fines benéficos, sobre todo, para paliar la pobreza en países del Tercer Mundo y patrocinar iniciativas de entidades como la UNICEF y la UNESCO. Sin embargo, esas no dejan de ser experiencias aisladas.

La otra cara de la moneda es que en el pasado mes de septiembre la organización Greenpeace realizó una subasta con el objetivo de recaudar fondos para su nuevo buque insignia Rainbow Warrior III y entre las muchas iniciativas que tuvo se incluyó la de pasar un rato con el futbolista Lionel Messi durante un entrenamiento en el estadio Nou Camp y la posibilidad de recibir un autógrafo. El postor ganador pagó por ello una cifra cercana a los 10 000 euros.

El deporte, además de dinero, genera emociones. Los atletas son protagonistas en el mundo del espectáculo y el entretenimiento. Constituyen ejemplos para las nuevas generaciones, su imagen vende, las camisetas se pagan bien caras y su sola presencia llena estadios, pero creo que ha llegado el momento en que las Federaciones Deportivas y los clubes a nivel mundial se pongan de acuerdo y establezcan un límite salarial. Las cantidades que se pagan son exorbitantes y resultan escandalosas para el mundo actual, donde hay más pobres que deportistas.               

1 comentario:

Lorena dijo...

Es que la diferencia es abismal con los sueldos de cualquier otro profesional. Yo hoy en día estoy luchando con mi sueldo para poder pagar unos pasajes a Mexico que ya de por sí son baratos y estas estrellas que, esta bien, tienen un don, pero tampoco para sobrevalorarlo de esa manera. Y una desproporción muy grande!
Lore