2012/07/25

Gio y Chapman fuera de liga…

Por RAFAEL ROFES PEREZ

Dos lanzadores de primer nivel, cinchetes en sus respectivos conjuntos, ambos del  llamado brazo equivocado, uno nacido en Hialeah (USA) y el otro en Holguín (Cuba), con funciones diferentes desde el box, pero orgullosos de sentirse cubanos, brillan con luz propia en la presente temporada de las Grandes Ligas.

Tanto Gio González como Aroldis Chapman, mucho vienen aportando a la causa de los Nacionales de Washington y Rojos de Cincinnati, respectivamente. No cabe la duda respecto a ellos, porque cada vez que salen a trabajar brindan  confianza,  seguridad  y un gran por ciento de triunfo  a sus seguidores. Y ¿qué director de equipo no se siente estimulado  con peloteros así?

Con Gio la novena de la capital estadounidense debe estar más que complacida. Siempre  que se sube a la lomita deja una bonita imagen. ¿Por qué será? La respuesta es clara y sencilla: por su indiscutida calidad.

Este martes no fue la excepción y el zurdo de Hialieah tiró siete capítulos de maravilla, para conducir  así a los Nacionales a triunfo de 5x2 sobre los Mets de Nueva York en terreno de estos últimos. 

Pero,  ¿qué hizo Gio ahora? Nada más y nada menos que dejó en dos solitarios sencillos a sus rivales, recetó cuatro ponches,  permitió una sola anotación –sucia, por cierto- y logró de esta manera su decimotercer éxito con solo cinco reveses y redujo su promedio de carreras limpias a 3,13.


Si las cosas le siguen saliendo bien a este siniestro nacido en 1985, bien podría superar su nada despreciable palmarés de la temporada anterior, cuando salió por la puerta ancha en 16 desafíos con los Atléticos de Oakland, equipo este último donde de haber permanecido allí,  hubiese hecho una bonita dupla con Yoenis Céspedes, el hombre sensación de la novena californiana hoy en día.

Gio le ha venido como anillo al dedo al mentor  Davey Johnson en su afán de llegar no solo a la postemporada, sino de hacerlo con mayores  pretensiones. 

Y si hoy esta selección transita cómoda en la punta la Llave Este de la Liga Nacional con 57 y 39, cuatro y medio juegos por encima de los Bravos de Atlanta (53-44), mucho tiene que ver en ello el trabajo del cubano, adquirido astutamente  en esta temporada por los washingtonianos.

En cuanto a Chapman sigue a toda máquina en sus funciones como cerrador. Ya muy pocos dudan que cada vez que lo traigan “matará” con facilidad.

Este martes fue llamado –como ya es costumbre- a preservar la ventaja de su equipo, esta vez de de 4x2 sobre los Astros de Houston, y el holguinero –no obstante tolerar un sencillo- sacó los tres outs por la vía del ponche y llegó a 18 salvamentos. 

Cada vez que escriba de Chapman, voy a decir lo mismo. Me encantaría verlo trabajar como abridor, aunque fuese por un partido. Y lo deseo a sabiendas de que ha ganado mucho en cuanto a madurez.

El Chapman de hoy es bien diferente a aquel que trabajó en las dos temporadas precedentes. Y me parece que el manager Dusty Baker quizás esté desperdiciando el contar con un posible abridor de lujo.

Sus razones tendrán los directivos de los Rojos respecto a Chapman. Quizás no lo vean aún en condiciones de cambiarle su rol, algo verán que le falta…

O simplemente  por lo bien que lo está haciendo como taponero –que es lo más sensato pensar, donde ha ayudado sobremanera  a esa novena-, prefieren mejor dejarlo así,  porque cada función es vital para lograr la victoria. 

Pero aun así  siempre me pregunto que si lo hace requetebién como cerrador, por qué no pensar que también podría lograrlo de tal manera como abridor. ¿No creen?

Sus estadísticas de esta campana son impresionantes, y como se conoce, la mejor radiografía que podemos hacer a un pelotero es analizando pormenorizadamente sus numeritos.

En 46 y dos tercios de innings ha PONCHADO a un total de 89 contrarios, algo realmente impresionante. 

Ha tolerado 14 bases por bolas, 9 carreras, 8 limpias, 4 victorias e igual número de derrotas y promedio de carreras limpias de 1,54, con los mencionados 18 partidos salvados. 

Y créanme que considero que lo mejor de él está aún por llegar. Y ojalá algún que otro día le den la bola para iniciar un juego, lo cual espero con ansiedad  para de cierta forma satisfacer mi curiosidad.

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