Por RAFAEL ROFES PEREZ
Recientemente concluyó la temporada regular en las Ligas
Menores de Béisbol y –como de costumbre-
varios fueron los prospectos que mostraron
sus credenciales en tan importante competición, principal cantera de la cual se nutre la
pelota mayor de los Estados Unidos.
Para regocijo nuestro
son cada vez más los compatriotas que llegan
a esta especie de “trampolín beisbolero” en
su afán de tocar la Gloria en las Grandes Ligas, situación que por causas harto
conocidas continúa in crescendo.
Pero hoy me voy a referir solamente a uno de los nuestros, del cual precisamente
escribí algunas líneas el pasado 24 de mayo implorando por su
oportunidad de poder debutar en la Grande, derecho que considero bien ganado, merced a su consistente desempeño durante tres temporadas en las Menores.
Hablo de Leslie Anderson, el versátil jugador camagüeyano que
participó con Cuba en el I Clásico Mundial, el mismo que puede defender con acierto la primera
base y los jardines, y quien hoy a sus 30 años
de edad aún mantiene vivas sus esperanzas de saborear la Gran Carpa, caprichosamente esquiva para él desde que hizo su primer
intento en el 2010.
Les confieso que he tratado insistentemente de analizar las
posibles causas que le han imposibilitado hasta el momento vestir
las franelas del equipo grande de los Rayos de Tampa. Y no me canso de
hacerlo.
Sin embargo, al
contemplar sus números en tres campañas
y escudriñar la
labor de los peloteros que aparecen en el roster activo y hasta en de los 40
del conjunto floridano, me resulta imposible creer que a Leslie no le hayan
dado su chance, porque allí hay algunos con mucho menos aval que el criollo.
Con el conjunto de Triple A Durham Bulls, sucursal de Tampa
en la Liga Internacional, Leslie promedió para 309 en este 2012, con 137
sencillos en 444 turnos, incluidos 21 dobletes , 14 vuelacercas, 56 compañeros traídos hacia
el plato, anotó 63 carreras, recibió 26 bases por bolas, se ponchó solo 56
veces y terminó con slugging de 450.
Durante la temporada 2010, cuando debutó sobre la grama estadounidense, el muchacho compiló para 302 con el madero, producto de
117 hits en 387 veces a la goma, con 19
dobles, un triple, 11 batazos de vuelta completa, 49 impulsadas y slugging de
442.
En el 2011 bajó un poco su average a 277, pero con dos
cuadrangulares más, 13, muchas más remolcadas con 65, con 24 dobles y slugging
de 413.
Pero, echemos una ojeada a las cifras de
varios peloteros que aparecen en el roster del Tampa Bay, y que de una manera u otra
tienen relación con el cubano en cuanto a posiciones que difienden en
común, y así nos daremos perfecta cuenta –según mi criterio- que el freno
impuesto a Leslie no tiene sentido. Es injusto.
Comienzo por el inicialista titular del Tampa, el dominicano
Carlos Peña, reincorporado de nuevo a esta novena tras su procedencia de los
Cachorros de Chicago.
Pues bien, este zurdo batea actualmente para solo 194,
con 90 hits en 461 turnos, de ellos 17 dobles, un triple y 17 jonrones, slugging de 345 y guante en
mano defiende para 994.
En cuanto a los jardineros, el californiano Ben Francisco exhibe promedio de
249; Sam Fuld, 273; Brandon Guyer, 143;
Desmond Jennings, 249; Matt Joyce, 247; Rich Thompson, 105; B J Upton, 250, y Ben Zobrist, 265.
¿En qué aventajan estos hombres al camagüeyano? Existe
realmente una marcada diferencia en cuanto a calidad entre ellos y el nuestro? No lo creo.
Y para aquellos que puedan esgrimir el argumento de que
ellos ya han sido probados en la Grande y que a Leslie le falta por hacerlo…, entonces
que le permitan demostrar sobre el terreno si tiene la calidad necesaria o no
para brillar allí. Solo así se podría sacar una justa conclusión.
Quizás de haber sido firmado por alguna otra organización,
ya hubiese debutado como lo han hecho otros que realmente no son más que él.
Ojalá para le venidera temporada 2013 se haga justicia en el
caso de Leslie Anderson, quien se mantiene ahí, firme por su gran amor a la pelota
y con deseos inmensos de demostrar que desde hace ratos está listo también para imponerse en las Grandes Ligas.
Esperemos.
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