Se ha regado la noticia como pólvora desde que el torpedero de
Las Tunas Alexander Guerrero ha decido NO jugar más pelota en Cuba.
Por tal motivo, uno de los fieles colaboradores de Pasaje Deportivo,
el inquieto Dante, colega que reside en la urbe califoniana de Glendale, me
envió un trabajo que toca algunas
aristas al respecto verdaderamente interesantes, las cuales deseo compartir con
ustedes. Veamos.
La afición beisbolera del territorio cubano de Las Tunas –ciudad
y provincia de igual nombre- se ha quedado en shock: el torpedero regular de Los Leñadores,
Alexánder Guerrero, ha decidido no jugar la próxima Serie Nacional de Béisbol,
pues piensa "tomarse un tiempo" y descansar.
Bueno, no creo que haya muchos en Cuba que se crean eso,
pero fue la manera mas "diplomática" de asegurar que no tenía ni
media motivación para seguir jugando por amor al béisbol y recibiendo desazones
a la hora de integrar los equipos nacionales.
El short stop de Las Tunas es un hombre que no necesita de
muchas presentaciones entre los seguidores de la pelota cubana.
Alexander
Guerrero Pérez es un muchacho noble, que
con sus 25 años de edad ha sido dueño, durante las últimas contiendas, de un rendimiento ofensivo sin precedentes
para un jugador de su posición.
También ha sido noticia porque inexplicablemente, a la “hora de recoger los bates”, se ha
quedado fuera del equipo Cuba en varias
ocasiones.
Entre sus méritos resalta el haber conectado 22
cuadrangulares en la Serie 50, cifra récord
para jugadores del campo corto en Series Nacionales. Antes la cota era suya y comprendía 19 bambinazos durante
dos temporadas consecutivas.
También ha ganado el derby de cuadrangulares en un Juego de
las Estrellas, tiene el récord de impulsadas en Las Tunas con 87 en una serie y dice sentirse muy bien en la
posición más complicada del infield.
Incluso, Cuba entera vio cómo este muchacho levantó las
gradas en la preparación para el II Cláscio Mundial a base de batazos y fue el
único que recibió aplausos cerrados al salir a la grama.
Resulta lógico que decida irse, pues al parecer "no era
confiable", una denominación bastante frecuente en Cuba cuando se quiere
quitar del medio a quien resulta incómodo o se piensa que pueda "desertar".
Es un irrespeto de marca mayor que se soslaye a un jugador
como este, que se le ponga el cartel de posible desertor como Espada de
Damócles que degollará toda posibilidad de reconocimiento a su calidad en el
mayor nivel.
Algunas fueron las historias de que había sido sorprendido
en un intento de salida ilegal. Él mismo, en una entrevista aclaró cómo fue
todo:
"Como se sabe
fui expulsado en el último juego de la subserie contra Holguín que se efectuó en el Estadio Hermanos
Ameijeiras de Puerto Padre por protestar un conteo. Después de este choque se
celebró un chequeo de emulación del equipo y yo no participé en él.
“Entonces el director me envío a la reserva por tres días
pero no me incorporé a los entrenamientos y por ello se me suspendió una semana,
de ahí la ausencia al equipo. Transcurridos los diez días, específicamente en
la subserie contra Matanzas en el Mella, retorné".
Como ven, no hubo razones de peso para que le tendieran un
manto de silencio a su rendimiento para las selecciones nacionales. Una vez
más, ese maquiavélico sistema desbarata las ilusiones de un atleta, una vez más
azota a los que no siguen sus comandos.
De cualquier manera, Alexánder Guerrero no volverá a ver acción, pues ya no le queda ni la menor
gana de esforzarse por nada.
¿De quién es la culpa? No lo pensaré dos veces...de los descabellados
senderos por los que se maneja la esfera
deportiva cubana y muchas cosas más que todos conocemos.
Otro que sufre las injusticias. Ojalá la vida lo recompense,
porque realmente se lo merece.
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