Nuevamente traigo a mi Pasaje otro ameno diálogo que sostuviera el
amigo William Pérez Villalba con el lanzador capitalino Leopoldo Márquez, un
hombre que no obstante no disponer de
una recta capaz de cruzar en un momento determinado a los bateadores, sí poseía
otras virtudes que lo convirtieron en un tirador consistente y ganador en las primeras series nacionales.
Tuve la dicha de verlo trabajar en varias ocasiones, principalmente cuando enfrentaba a los conjuntos de la antigua provincia de Las Villas, a los cuales se les hacía bien difícil poder derrotarlo.
Hoy Leopoldo, a sus 62 años, sigue ligado al terrenode juego en la
ciudad de Miami, donde reside, y se le ve en acción como inicialista en los
topes de softbol que amenizan fundamentalmente los fines de semana en aquella
urbe floridana.
Allí comparte con viejos amigos, con peloteros que como él dieron
brillo al béisbol cubano en décadas pasadas, rememoran anécdotas y pasan de maravillas unas horitas, como para
revivir viejos tiempos, pero siempre con la pelota, el bate o el guante en la
mano.
Aquí los dejo con este trabajo. Estoy seguro que muchos de los que hoy
peinamos canas recordaremos con agrado a Leopoldo y los que no, tendrán la
oportunidad de conocer a otro de los miles de peloteros que han pasado por los diamantes del pais.
Leopoldo Márquez, el pitcher de la bola muerte... ¿Vence pero no cenvence?
Por WILLIAM PÉREZ VILLALBA (Especial para Pasaje Deportivo)
¿Cómo recuerdas tu primera Serie Nacional?
“Con mucha emoción. Fue en el
tiempo que jugaba primera base, antes de pitchear y me acuerdo de mi primer
turno al bate. En esa Serie Nacional salí a batear nada más y nada menos que
frente a Braudilio Vinent”.
Fuiste uno de los posibles
merecedores a la distinción de Novato del Año en la temporada 1969-70…
Pero, ¿por qué finalmente no se eligió a
nadie?
“En esa novena Serie Nacional no hubo explicación
alguna acerca del porqué no eligieron al
Novato del Año. Los que más
posibilidades teníamos éramos Omar Fraga de Camaguey, Héctor Mena de
Industriales, y yo, por el Habana. Por
cierto, aún sigue en blanco ese casillero en la Guía de Béisbol”.
Háblame de ese equipo Habana con el que jugaste también en 1974…
“Ese año el Habana se mantuvo
casi toda la temporada en el primer lugar bajo el mando de Jorge
Trigoura. Teníamos un gran equipo, uno de los mas fuertes, y resultó ser la
última victoria habanista en el período más florido de aquel equipo de
ensueños.
Fuiste fundador de Metropolitanos en
la temporada 1974-1975. ¿Quiénes jugaban allí por aquel entonces?
“Era un gran equipo. Con decirte que allí estaban, entre otros, Pedro
Medina, Antonio “Boricua” Jiménez, Roberto “Bombón” Salazar, Rodolfo Puente,
Bárbaro Garbey, José Ramón “Monguito” Cabrera, Ubaldo Alvarez y
Armando Capiro. Era una novena
bien fuerte, que jugaba colectivamente, sin individualidades. El debut no pudo
ser mejor para aquellos Metropilitanos,
pues terminamos en la sexta posición en
una serie muy reñida, en la que
Agricultores se coronó Campeón” .
No era entonces segundo de nadie es conjunto, ¿verdad?
“No, no era segundo de nadie, en ese tiempo jugábamos contra los
mejores y no por casualidad quedamos subcampeones en 1976”.
¿Quién te bautizó con la frase de: El pitcher de la bola muerta. Vence
pero no convence?
“ Eso lo decían los narradores. Daban a entender la realidad. Yo le
pitcheaba a todos y a la hora de elegir
al Equipo Nacional nunca me seleccionaban, a pesar de mi buen rendimiento”.
¿Cuál fue el bateador más difícil que enfrentaste?
“Bateadores difíciles había muchos, con diferentes características. Yo
los estudiaba, pero dentro de esos
bateadores había dos que por mucho que los analizara, me
bateaban como ellos querían. Me refiero
al cienfueguero Pedro José “Cheíto”
Rodríguez y a Sandalio Hernández, de
Camaguey”.
¿Y cómo te las arreglabas para dominar a Antonio Muñoz?
“El dolor de cabeza de sus primeros años fui yo, tenía dificultades al
batearme. Yo pienso que se desesperaba y le iba a lanzamientos malos.”
¿Cuál consideraste tu mayor virtud sobre la lomita?
“Mucho control y ecuanimidad en el box. Siempre iba con dos opciones:
una para ganar y otra para perder. Mis lanzamientos eran mi
responsabilidad. Mis envíos no eran
pedidos ni por el receptor ni por
el director del equipo”.
En la pelota cubana han triunfado
muchos lanzadores rápidos. ¿Acaso
la velocidad es el arma principal de un pitcher?
“ No creo que sea del todo, aunque tienes más posibilidades, pero lo principal en el
lanzador es meterse en el juego, estudiar bien
a los bateadores y sobre todo, en el momento difícil, donde el lanzador
a pesar de no contar con envíos veloces, pueda dominar la situación”.
¿Por qué crees que a los peloteros les encantaba jugar en las Series
Selectivas?
“Las Selectivas fueron series
elites, las más importantes en Cuba
después de la Serie Especial de los 10 Millones en 1970. En ellas
participaba una selección de los peloteros
más destacados por provincias y resultó por ello sin dudas, ser
un campeonato más fuerte que la Serie Nacional”.
¿Eras también buen bateador?
“Siempre me sentí mejor como bateador que como pitcher, pero las
circunstancias me hicieron convertirme en lanzador ya que era lo que el equipo necesitaba”.
Anécdotas…
“Hay una anécdota que siempre recuedo.
En la primera Serie Selectiva en 1975,
jugaban Oriente contra Industriales, en el estadio Guillermón Moncada, era el noveno inning, bases llenas, dos outs
y bateando el cuarto bate oriental Agustín Arias. Dos bolas, dos strikes y el juego 1-0 a favor
de Industriales. Yo le había tirado
todos los lanzamientos habidos y por haber.
“Lázaro Martínez, mi receptor, me había pedido todo mi repertorio de
lanzamientos, era una situación dificil
al final del partido. Entonces decidí
soltar un cambio de velocidad, más lento de lo que ya estaba lanzando a
esas alturas del juego. ¿Resultado?
Agustin Arias fly al campo corto y
terminó el juego”.
¿Qué aconseja Leopoldo Márquez a todo aquel con aspiraciones de ser
pelotero?
“Que tiene que ser disciplinado, sacrificado y saber aprovechar muy
bien todas las oportunidades que se le presenten”.
¿Un último lanzamiento?
“Ahí les va… Agradecer de corazón y dar las gracias a todos aquellos
que aún me recuerdan, en especial a
todos los aficionados del béisbol cubano”.
4 comentarios:
No peino canas, pero lo recuerdo... que odio le tenia!! con la bolita aquella q nunca llegaba a home!!
Socio, me gusta tu blog. Gracias por acordarte de peloteros que ya nadie sabia por donde estan.
EN SUS ULTIMOS ANOS JUGO PROVINCIAL POR 10 DE OCTUBRE , SU MUNICIPIO DE ORIGEN Y LA EIDE 15 Y 16 JUGAMOS CONTRA EL , NO ERA FACIL BATEARLE
Lo vi pitchear muchas veces...un hombre con muchos recursos
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