2013/02/25

Refuerzos en pelota cubana: Isla de la Juventud: ¡Amazing!

Antes de la voz de ¡Play Ball!, difícilmente alguien habría apostado un duro por la clasificación de los pineros. Habituales inquilinos del sótano, los pupilos de Armando Johnson parecían condenados a perpetuar una tradición que rara vez habían logrado subvertir (ah, aquel tercer lugar fantástico del 99)…, refleja el periodista Michel Contreras en otro de sus interesantes comentarios.

Máxime teniendo en cuenta que el equipo estaba contaminado por la inexperiencia, y que el eterno Carlos Yanes ya no influía en el staff, y que su líder natural, Michel Enríquez, acusaba un notable bajón de rendimiento.

Sin embargo, la Isla consiguió robarse la arrancada con una aplastante eficacia en sus desafíos como home club, y en las postrimerías de la carrera supo aguantar las embestidas adversarias hasta anclar en una inesperada quinta plaza con 26 victorias y 19 patinazos, a solo un punto de la zona con boleto directo a la postemporada.

Feliz y muy ambiciosa llegó la novena a la parada obligatoria del torneo. Entonces había que solicitar refuerzos, y era evidente lo que más falta le hacía a la plantilla.

La ofensiva le fallaba repetidamente a Johnson. Limitada a un promedio de .250 –penúltimo del campeonato-, con el peor slugging (.323) y la irrisoria cantidad de diez jonrones en 45 choques, el equipo exigía bateadores. Los reclamaba a gritos, y Johnson se los dio.


Le dio tres toleteros de respeto, porque sabía que su fildeo trabajaba a las mil maravillas –el único por encima de los .980-, y su pitcheo le respondía decentemente (PCL de 3.34), encabezado por dos hombres que escalarán a los montículos del Clásico: el veterano zurdo Wilber Pérez y el veloz Raicel Iglesias, un derecho especializado en los relevos.

Wilber paseó el tramo inicial de la contienda con balance de siete triunfos, dos reveses y una efectividad maravillosa de 1.63 limpias por juego. Mientras tanto, Iglesias recetó casi un ponche por entrada, humilló a los contrarios (.192 de average), estampó un PCL de 1.68, ganó cuatro, perdió dos y salvó seis encuentros.

(Por cierto, si no fuera por dos fatídicas aperturas que se le encomendaron, este muchacho habría laborado para 0.59, producto de apenas tres anotaciones en 45.2 capítulos de brega).

De modo que, en posesión de este par de figuras –flanqueadas por otros valores como Luis Manuel Suárez y Héctor Mendoza-, el montículo isleño no lucía erosionado. Así pues, ya lo dije, el mentor se concentró en nutrir la alineación, y convidó al jardinero Alexei Bell y los inicialistas Yordanis Samón y Joan Carlos Pedroso.

Con estos tres hombres curtidos a mano, la historia cambia, y mucho. Tanto, que sus presencias modifican al ciento por ciento el corazón del line up, y sus esfuerzos se juntarán ahora con los de Michel Enríquez, Luis Felipe Rivera, Andy Ibáñez y Luis Castro, un receptor que no demorará su arribo a las preselecciones nacionales.

Ni corto ni perezoso, el manager solicitó además a un par de lanzadores de Artemisa, el starter Yulieski González y el recordista cubano de salvados, José Ángel García. El primero, sin firmar una campaña memorable, redondeó una faena decorosa con bateo rival de .264 y PCL de 3.58. El otro, aunque enredado siempre en líos de control, logró frenar sus dígitos en .279 y 2.95, respectivamente.

Con las llegadas de Yulieski y José Ángel, el staff de la Isla no alcanza las estrellas, pero conserva la aspiración de verlas. Y un vistazo al posible line up de la escuadra, deja claro que habrá que contar con esta tropa…



    Luis Felipe Rivera, LF (.315 AVE, 4 HR, 22 CI)



    Michel Enríquez, 3B (.280 AVE, 0 HR, 17 CI)



    Alexei Bell, RF (.303 AVE, 2 HR, 6 CI)



    Joan Carlos Pedroso, 1B (.267 AVE, 7 HR, 26 CI)



    Yordanis Samón, BD (.286 AVE, 7 HR, 24 CI)



    Andy Ibáñez, 2B (.313 AVE, 2 HR, 20 CI)



    Luis Castro, C (.310 AVE, 1 HR, 23 CI)



    Dainer Gálvez, SS (.210 AVE, 0 HR, 8 CI)



    Ángel Miguel, CF (.252 AVE, 0 HR, 6 CI)

Esos truenos que acabo de nombrar, van a escucharse. Y yo, que al final desconozco la mascota que le van a encasquetar al equipo (se habla de tiburones, de piratas, de pinos y aun de cocoteros), lo que asocio es aquella voz inglesa -“¡Amazing!”- con que fueron bautizados por su inesperado desempeño los neoyorquinos Mets de 1969.

“Asombroso”, decimos, y todavía nos quedamos cortos.

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