2013/03/11

La verdadera derrota del equipo Cuba

Por HUGO JESÚS (Especial para Pasaje Deportivo)

Tokio.- Los simpatizantes de Cuba suelen estar a favor en todo 100-0 y los que están en contra, lo están 0-100. Es la mayor dificultad para establecer una discusión seria sobre cualquier tema relacionado con la isla, lo cual nos advirtió desde el siglo XIX el mambí dominicano Máximo Gómez con aquello de "Ustedes, o no llegan, o se pasan".

Por eso, dos horas después de la derrota ante Holanda en el Clásico Mundial de béisbol ya había 12 millones de explicaciones de la tragedia, y lo peor, todas eran confiables porque ante los reveses, los cubanos somos capaces de fundar nuestros propios principados, lanzar una idea y defenderla de una manera tan fiera que aun sin base, podemos volverla creíble.

¿Cuántas veces falló Lourdes Gurriell en instantes claves del siglo pasado con el equipo Cuba? Varias. Pero la gente recuerda cuando fue héroe en el Mundial de Italia 1988 y a partir de ahí, con el empuje de los medios, el jugador es considerado como un símbolo del pelotero de sangre fría. De manera irónica, ausencia de nervios fue de lo que careció este lunes su hijo Yulieski, uno de los jugadores más experimentados del equipo nacional, inexacto en un intento de toque de bola, dudoso en un corrido de bases y minutos después errático a la defensa, con un error que, para quien quiera crucificarlo, fue la causa de la eliminación en el Clásico.

En el beisbol, como en los demás deportes y en la vida, nadie es tan bueno como cuando gana ni tan malo como cuando pierde. Y eso se cumple hasta para la generación de Lourdes, Linares, Pacheco y Kindelán. 

Todos toman como referente a aquel equipo, pero siempre jugó contra rivales no profesionales y con bate de aluminio. Y si llegó a más de 100 victorias internacionales consecutivas no fue por su talento, que sí lo tuvo, sino porque la Radio y la Televisión de Cuba inflaron el globo sin contar jamás el revés 5-10 el 10 de julio de 1991 ante Nicaragua en la Copa Intercontinental de Barcelona, a la que Cuba asistió con un supuesto equipo B, pero que tenía entre sus figuras a varios de los que luego sí fueron incluidos en la racha de más de 100 triunfos de aquellos años. 

Hoy a Cuba le falló el bateo a la hora buena, el pitcheo, y también la defensa. Esa podría ser una explicación directa y poco filosófica del fracaso. Pero no faltarán los análisis y en dependencia de donde vengan, los dardos serán lanzados a una dirección u otra.

Mientras los detractores, incluidos los que confunden la política con el béisbol, aducen que Cuba es el conjunto más beneficiado porque sus rivales principales están llenos de figuras de Grandes Ligas apenas en el inicio de sus entrenamientos, los defensores, también incluidos los que confunden la política con el béisbol, dirán que Cuba es el único país que juega el Clásico desmembrado, con varios de sus mejores peloteros excluidos del equipo porque un día decidieron probarse como profesionales. 

Es un hecho que la insistencia del Gobierno cubano en mantener a sus figuras enclaustradas en una Serie Nacional llena de carencias limita el roce internacional, algo necesario para crecer en el beisbol. Sin embargo ese mismo equipo disminuido, que no pudo contar con los cubanos de Grandes Ligas, derrotó en el Clásico al bicampeón mundial Japón y fue un candidato al título del Clásico hasta que Holanda le cortó las alas.

Las victorias dependen de un montón de cosas, pero no hay forma de explicarle eso a los millones de cubanos en luto cerrado este lunes. Es normal la tristeza exagerada porque somos  apasionados, pero tal vez el gran revés del equipo Cuba no ha sido frente Holanda ni ocurrió hoy. 

Quizás la gran derrota empezó hace años, cuando los peloteros cubanos dejaron de tocar bola con la exactitud de Wilfredo Sánchez, de robar bases con la seguridad de Víctor Mesa o de mostrar tanta personalidad como la del lanzador Braudilio Vinent aquel día de 1980 en el Mundial de Tokio, cuando llegó al dogaut y dijo: "Hacen una carrera y eliminamos a Japón". Y ganaron 1-0 con el jonrón de Antonio Muñoz en la séptima entrada, suficiente para hacerse campeones mundiales.

5 comentarios:

  1. Casper Locksley9:33 p. m.

    Cómo tropezar dos veces con la misma piedra...

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  2. Ernesto Castellon9:34 p. m.

    Tiene usted mi amigo toda la razon..saludoss

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  3. Jose Miguel Reyes9:35 p. m.

    Rofes las tira dura de verdad , hay veces q yo quiero hacerme el periodista , pero q va , este socio , explica todo lo q nosotros nos metemos tres dias discutiendo y tratando de decir , en un solo articulo

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  4. Anónimo11:35 p. m.

    Esto no se queda asi. En el proximo mundial ............de futbol a los holandeses le haremos lo mismo: ELIMINARLOS

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  5. Ronald Diaz7:17 a. m.

    Da pena que hayan gastado tantos recursos, pues llevan mas de 6 meses preparandose para este Classico, sin embargo los equipos de por aca, apenas 2 semanas que empezaron a entrenar, el equipo de Venezuela apenas 2 juegos de fogueo, y eso que los duenos de equipos no dejaron ir a los mejores pichers, todo una gran mentira lo del deporte cubano, en los anos 70's ganaban 20 a 0 a equipos que si eran amateurs de estos piaises, y a veces los juegos con U.S.A eran renidos y hasta perdian con los universitarios norteamericanos

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