Por NELSON DE LA ROSA RODRIGUEZ (Especial para Pasaje Deportivo)
Me lo había dicho por teléfono: “yo me llamo Radio Álvarez Romero, pero si preguntas por ese nombre, nadie me conoce; si dices Yayo, ya me encontrarás”.
No sabía exactamente su dirección, pero al llegar a Santiago de las Vegas resultó muy fácil: “Yayo, ¿el señor que sabe mucho de pelota?, sí, como no. Siga recto y cuando veas a la izquierda un portal lleno de libros, esa es su casa”.
Pocos días antes, buenos amigos relacionados con el Béisbol en el ahora territorio de Mayabeque, me habían dicho: “Tienes que conversar con Yayo, ese es el que más sabe de pelota en Cuba.”
Rápido concertamos el diálogo y al llegar a su casa me salió al encuentro, luego del saludo de rigor, tomó la iniciativa: “Después de tanto tiempo, estoy muy agradecido con esta entrevista. Llevo más de 50 años como entrenador de Baloncesto y de pelota, disciplina esta última en la que dirigí equipos aquí en Santiago de las Vegas, con figuras como Armando Capiró, Alberto Castillo, Pedro Chávez y Jorge Lafferté. Pero nunca nadie me había dado la oportunidad de expresarme en una entrevista.”
Yayo, ¿cómo comenzó su relación con el deporte?
“Desde los seis años yo estoy vinculado al Béisbol, porque el terreno de aquí de Santiago de las Vegas estaba ubicado en la propiedad de mi abuelo y todos los domingos cuando se disputaban los juegos de la Unión Atlética Amateur, mi familia se sentaba a ver el espectáculo. Entonces yo preguntaba: ‘mami, ¿cómo está el juego?”, y ella me contestaba: “A-préndete los números para que sepas cómo está el juego”. Entonces como no me decía, yo tuve que aprender los números para saber cómo estaba el juego. Desde ese momento comenzó mi afición por ese deporte. Ya a partir del año 1961 comencé a trabajar como entrenador de Baloncesto, primero en algunos clubes y luego ya de manera organizada”.
¿Cómo le fue como entrenador?
“Como entrenador de Baloncesto tuve muy buenos resultados. Trabajé en ese deporte 23 años, estuve en la EIDE Mártires de Barbados desde 1977 hasta 1989 que regresé a Boyeros a trabajar en el área especial. Estando en la EIDE ayudaba mucho a Alberto Castillo y Eduardo Moya, que eran los entrenadores que laboraban aquí. Recuerdo que regresaba de la EIDE a las dos de la tarde y a las tres ya estaba con ellos en el área hasta las siete de la noche. En ese tiempo ellos atendían las categorías 9-10, 11-12 y 13-14, yo las ayudaba con el trabajo en la rama femenina. Guardo muy buenos recuerdos del Baloncesto, deporte en el que me considero un director ganador, no así en el Béisbol.”
¿Y eso por qué?
“La gente no cree mucho en eso, pero en el deporte hay managers ganadores y perdedores. En el Baloncesto fui un manager ganador, pero en el Béisbol, aunque tuve equipos tremendos, al final siempre perdía. El último año que dirigí, lo hice con un equipo de la Unidad Militar 3975, que estaba ubicada en lo que antes fue el Central Portugalete, hoy poblado Liberación, muy cerca de San José de las Lajas. Allí reuní un equipo fantástico, increíble. Como receptor tuve a Nengo Mederos, en primera a Reinaldo Vento, que venía de los Heneque-neros; en segunda a Gerardo Regalado de Calabazar, en el short stop a Juan Carlos Torres, que jugaba con los Azucareros; en tercera Jesús Herrero, que era uno de los mejores en esa época; en los jardines a Lázaro Escandel, Cunagua Rodríguez y Bernardino Priey; como lanzadores Angel Lubumba y Hilario Cervera, por solo mencionar unos cuantos. Era increíble, los contrarios llegaban al juego a caballo, se bajaban del caballo y nos ganaban el juego de pelota. Es por eso que sigo diciendo que hay managers ganadores y perdedores. En la pelota fui perdedor.”
”Todo lo contrario ocurrió en el Baloncesto. Estando en la EIDE dirigí equipos campeones nacionales en las categorías 11-12, 13-14 y 15-16. Luego en la ESPA provincial gané cuatro campeonatos nacionales en la categoría juvenil, más tarde dirigí a las muchachas de Industriales que fueron varias veces campeonas nacionales.”
Pero antes del Baloncesto, usted vivió su propia historia con el famoso Club Almendares…
“Sí, porque en 1957 yo hice amistad con Monchy de Arcos, quien trabajaba para ese Club en la captación de jugadores y cuando logró firmar a varios peloteros de esta zona me llevó a trabajar con el Almendares. Ellos entrenaban por las mañanas en la Ciudad Deportiva y necesitaban personal que los ayudara en las prácticas.
Empezaban a las 8 y 30 de la mañana y terminaban a veces a la 1 y 30 de la tarde. En ese tiempo yo los ayudaba como receptor y pitcher de prácticas. Más tarde ya estuve directamente con el equipo y mi trabajo consistía en agregarle un “preparado” a las pelotas para quitarles el brillo antes de comenzar cada juego oficial. En ese tiempo con el Almendares yo aprendí mucho, me dieron muchos consejos, tanto los peloteros como los entrenadores. Así que por aquel entonces yo era un empleado del Almendares, aunque por esa época también lanzaba en la Liga de Quivicán.”
Trabajaba con el Almendares, pero su corazón estaba un poco más lejos.
“Sí, es verdad. A esas alturas ya todo el mundo sabía que yo era un tremendo fanático de los Yankees de Nueva York. Fíjate cómo era mi pasión por la pelota de Grandes Ligas, que yo tenía un radiecito chiquito y a través de él escuchaba los juegos de los Yankees por una emisora de Miami que trasmitía por los 560 KHz. ¡En inglés! Imagínate, yo aprendí inglés oyendo a los narradores de los Yan-kees. Toda la vida soñé con ir al Yankee Stadium y no faltó quien me dijera: ‘Yayo, alguna vez tú irás al Yankee Stadium, nadie sabe las vueltas que da la vida’.”
Y el sueño se hizo realidad…
“Mira cómo es la vida, da la casualidad que el Orlando ‘El Duque’ Hernández llega a jugar con los Yankees de Nueva York y él sabía que mi sueño era ir al Yankee Stadium. En el año 2000 me invitó y mi sueño se hizo realidad. Recuerdo que llegué a Nueva York el dos de octubre. Allí estuve 38 días en los que me cansé de ir al Yankee Stadium (sonríe). Me hice otografías en muchos lugares, especialmente en la zona del center field, donde están las tarjas con los nombres de los jugadores de ese quipo que están en el Salón de la Fama: Mickey Mantle, Babe Ruth, Phil Rizzuto, de todos. Conversé mucho con Bernie Williams, quien es una bella persona, con Mariano Rivera, que acaba de imponer ahora el récord de juegos salvados. Me tiré fotos con Roger Clemens, Andy Pettite, con Joe Torre, también con el entrenador de pitcheo que enseñó al Duque a tirar el cambio de velocidad que luego le permitió tantos buenos resultados en las Grandes Ligas.”
¿Qué recuerda de aquella post temporada?
“El primer juego que vi fue Atléticos de Oakland frente a los Yankees. El Oakland tenía una novena increíble. Ese juego lo abrió el Duque, yo tenía un nerviosismo tremendo, me comí todas las uñas. Fue un juego tremendo que ganaron los Yankees 4 por 2 con tremenda labor del Duque. Después vi la Serie con los Marineros de Seattle, en la que el Duque ganó 2 juegos, el primero 9 por 4 y el último 9 por 3. Quiere decir que ganó los tres juegos que lanzó, sin embargo, en la Serie Mundial, perdió un juego que yo considero es de los mejores que se han lanzado en Grandes Ligas. Ese día propinó 14 ponches a los Mets, cifra que constituye un récord para esa fase del campeonato. Recuerdo que le hicieron una carrera en el primer inning por jonrón de Robin Ventura y tres en el séptimo, cuando un pelotero hawaiano le dio un doblete, le impulsó 2, trajeron a un relevista que no pudo impedir la tercera del inning y perdió 4 por 2. En el primer inning dio 3 ponches, otros 3 en el segundo, 2 en el tercero, 2 en el cuarto, 2 en el quinto y 2 en el sexto para totalizar el récord de 14, sin haber completado la séptima entrada.
”En definitiva los Yankees perdieron ese juego pero luego ganaron la Serie Mundial, entonces el Duque me invitó al desfile y estuve en la segunda carroza, ahí iban los cátchers y los pitchers. Desfilamos por todo Nueva York y era impresionante ver aquella 5ta. Avenida.
”Yo estaba erizado, ¡qué manera de haber personas! Estaba Nueva York entero disfrutando del desfile y las personas tirando flores. Recuerdo que había un frío tremendo y algunos no llevaban camisa. Otros grupos de personas lucían las letras New York Yankees pintadas en sus cuerpos. Es algo inolvidable.”
¿Siempre tuvo relación con El Duque?
“Siempre fuimos muy amigos desde que era jovencito. Me acuerdo que se fue al Servicio Militar y cuando regresó, el manager de equipo era Pedro Chávez, con quien tengo una gran amistad. Más tarde estuvo entrenando bajo la mirada de otro amigo mío, Ángel Leocadio Díaz. En esa época yo iba todos los días a verlo entrenar.”
¿Qué pasó entonces cuando lo separaron del Béisbol?
“Aquello fue muy duro. Yo estaba acostumbrado a verlo todos los días. Tenía unos números increíbles y de pronto no pudo jugar, precisamente cuando mejor estaba. Sin embargo, él entrenaba mucho, nunca dejó de entrenar. Yo lo veía entrenando en el Hospital Psiquiátrico y él me gritaba: ‘Yayo, aquí estoy’. Es por eso que me emocioné tanto cuando lo volví a ver lanzando en el Yankees Stadium.”
Yayo, se dice que ha bajado la calidad de la pelota cubana…
“Yo no sería tan categórico. La calidad del Béisbol cubano es inmensa y la prueba es que hay peloteros que salen del país y en dos años han llegado a Grandes Ligas y han brillado. Lo que ocurre es que los batea-dores se han acostumbrado al pit-cheo cubano, que no tiene localización. Cuando digo localización quiero decir que no da el strike en la zona que lo tiene que dar. Nada más tenemos que recordar los últimos eventos internacionales en los que hemos perdido. Nos han lanzado pitchers con una excelente localización de sus envíos, que los ponen donde le duele al bateador. Recuerda que estados Unidos le ganó a Cuba en el Mundial pasado utilizando como pitcher a Archer, un lanzador de clase doble A, de los Clubs de Chicago, y nos dio 13 ponches utilizando una recta y un slider sobre la esquina de afuera con un cambio de velocidad tremendo.
”Entonces tú vas al mejor pitcher de Cuba, ¿quién es el mejor pitcher de Cuba? Ahora que no está Vera, parece que es Freddy Asiel Álvarez... y cuando tú lo analizas es un pitcher descontrolado, no es que de bolas es que aún no tiene el control para lanzar recta adentro en strike, recta afuera en strike, curva hacia afuera strike... O sea, que estamos en una situación en la que el pitcheo está mal en el aspecto de la localización. Tú ves que hay pitchers que tiran durísimo pero no tienen control, dan bases por bolas y pasan trabajo.
”Yo he visto trabajar a los mejores pitchers y recuerdo a Camilo Pascual, quien solo tiraba recta y una curva grandísima que casi no te cabía en la pantalla del televisor, nada más. Luis Tiant, que debutó en Grandes Ligas con el Cleveland, dándole 11 ponches y 9 ceros a los Yankees, solo tiraba recta y slider. Me acuerdo que los narradores, más tarde cuando Tiant alcanzó maestría, comenzaron a decir que tiraba 16 lanzamientos... y yo decía ¿cómo es eso? Resulta que lanzaba recta, curva, slider y cambio, pero en cuatro ángulos diferentes, y siempre con el control necesario. Eso ahora no se ve en el pitcheo cubano. Estoy seguro que no es necesario tirar slider, tenedor, scrawball, todas esas cosas que dicen aquí ahora los narradores. Lo único que hay que tener es recta, curva y cambio de velocidad, pero con dominio de la zona de strike y el pitcher va a triunfar.”
¿Y qué tal los sistemas de entrenamiento?
“Los sistemas de entrenamiento se han quedado atrasados. Escuchas a un entrenador de un equipo que está ganando que te dice: ‘Hemos tenido una preparación física muy buena, hemos entrenado mucho, las pesas han sido muy buenas'. Entonces escuchas al entrenador de un equipo que está perdiendo y te bien… Eso es cuento.
”El entrenamiento tiene que ser científico. Te voy a decir una cosa, en Cuba no hay un patrón de entrenamiento como en todas las organizaciones deportivas. En grandes Ligas hay 30 equipos y todos comienzan a entrenar a la misma vez. El 14 de febrero se concentran los lanzadores y receptores y una semana después el resto de los peloteros. En Cuba hay equipos que están entrenando desde mayo con 60 o 70 hombres, dándole desayuno, almuerzo y comida. Eso es imposible de sostener económicamente.
”Otras veces nos dicen: ‘nos estamos preparando bien, estamos corriendo en la arena’. Pero... ¿quién dijo que el pelotero tiene que correr en la arena? El pelotero donde tiene que correr es en el terreno, que no lo hace. En Cuba ya casi ningún equipo corre en el terreno. Si vas a hacer velocidad, hazlo en el terreno, corre de primera a tercera y estás perfeccionando al atleta. Hay veces que ves a un pelotero en segunda y dan un hit y no anota porque tiene dificultades al doblar por tercera, parece que antes de llegar al home entra al banco, saluda a los compañeros y luego sigue hasta que lo ponen out... y eso se aprende en los entrenamientos, en el terreno, no corriendo en la pista ni en una playa... Y lo otro es el conocimiento que tienen que tener los coach. Ellos tienen que conocer los tiempos que hacen sus atletas de primera a tercera, de segunda a home y también saber qué tiempo se demora la bola desde que sale de la mano del pitcher, el bateador la conecta de hit al left field y la bola llega al home plate. Eso casi nadie lo sabe, y si alguno lo sabe, que venga y me lo diga.”
Entre preguntas, respuestas, comentarios y anécdotas se pasó el tiempo, mientras algún que otro cliente llegaba para comprar algunos de los libros que vende desde hace algunos años para ganarse la vida.
Así es este hombre de deportes, nacido el 7 de julio de 1936, casado desde hace 38 años con Manuela Salgado, quien profesa su fe en la Iglesia Bautista y que alguna que otra vez ha tenido que alternar la preferencia de su esposo con más de un partido de Baloncesto o de Béisbol.
Antes de la despedida, mientras le agradezco la gentileza por dedicarme tanto tiempo, vuelve a la frase del principio: “Gracias por darme la oportunidad de decir estas cosas. En más de 50 años dedicados al deporte nunca me habían entrevistado en Cuba”.
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