Por RAFAEL ROFES PEREZ
Les
confieso que respeto las opiniones de los entrenadores y especialistas que más
saben de pelota. Sé perfectamente que están en las Grandes Ligas de Estados
Unidos. Recientemente se ha dicho que el holguinero Aroldis Chapman recibirá en
lo adelante más oportunidades como taponero en el 9no. en su equipo de los
Rojos de Cincinnati. Eso está muy bien, pero por mi parte, desearía verlo con
otro tipo de responsabilidad.
Considero
que Chapman está apto ya para otros empeños. Comprendo que las estrategias de cada novena respecto a sus jugadores
están bien trazadas. Por supuesto, lo entiendo, eso representa victorias, que
es lo más importante. Pero a mí se me sigue antojando que el espigado lanzador
podría también brillar como abridor, y convencido estoy que él desearía lo
mismo.
Lo he
visto detenidamente tirar sus endemoniados envíos en varias oportunidades en
esta temporada, y no hay que ser un gran especialista para darse cuenta que el
Chapman de hoy está bien distante de
aquel que llegó por primera vez a la Grande. Y me refiero específicamente a su
concentración sobre la lomita y su muy mejorado desenvolvimiento –control incluido-
y ajuste en este béisbol, que como se
conoce, se convierte en una barrera bien difícil de superar en los inicios.
Duro
siempre ha disparado la bola hacia el plato. Es harto conocido que su escopeta
es la más portentosa en cuanto a velocidad que haya pasado por tan prestigioso béisbol. Los muchos poquitos
que debe tener cada pictcher para convertirse en estrella van de menos a más en
este compatriota, quien poco a poco crece en sus funciones, aunque
paradójicamente hoy por hoy se hable menos de él que cuando debutó o estaba aún
por firmar.
Ojalá no
me equivoque en mis apreciaciones, pero estoy ansioso –no sé ustedes- por verlo iniciar partidos de una vez y por
todas. Si tiene condiciones para cerrar juegos, es ilógico pensar que no lo pueda hacer con la
misma intensidad y resultados como abridor, independientemente de que se alegue que ha tenido problemas en su hombro, otros muy serios en los personal y que haya que cuidar esos millones de dolares bajo los cuales fue contratado.
Nadie
debuta y termina en la pelota en la misma posición, ni con los mismos
performances. Me parece es el momento óptimo de Chapman para cambiar de
funciones. Y siempre me asalta esta pregunta: De no haber estado en estos
momentos con el Cincinnati, ¿otros mentores de equipos lo hubiesen escogido
también como cerrador solo por su extragaláctica velocidad?
No lo
creo, cada “cabeza humana” tiene pensamientos y puntos de vista diferentes. Y
repito que en la pelota actual, tanto cerradores como abridores, tienen tareas
específicas y de gran utilidad. Todo tiene su valor. Pero yo sigo con mi
capricho, por llamarlo de algún modo, de que Chapman DEBE ser abridor. ¿Qué creen
ustedes?
Sus
impresionantes numeritos hasta el momento son realmente fuera de liga…, fuera
de serie… Por eso no me canso de revisarlos una que otra vez.
Analicen
esto: Cuatro victorias, ninguna derrota, en 21 juegos ha lanzado 26 entradas. Ha permitido solo una carrera sucia, siete hits, ha otorgado 8 boletos, ¡44! ponches, le batean para anémico 081 y exhibe
impresionante 0,00 promedio de carreras limpias. Y me pregunto una vez más… ¡Caramba! ¿Por qué no
puede ser abridor?
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