Por
RAFAEL ROFES PEREZ
Para
los amantes y seguidores del equipo cubano de pelota, ganador del título en la
26 Semana Beisbolera de Haarlem, este palmarés constituyó temporal “analgésico”
que mitigó un tanto el dolor provocado por los constantes descalabros de dicha
selección en la arena internacional.
Pero
fue solamente eso, una victoria que no dejó de ser agónica y mucho menos
salvadora y “milagrosa” como para poder
sanar la grave herida del béisbol en la Isla.
Si antes resultaba sorpresivo perder, porque se triunfaba de manera
holgada y convincente, ahora sucede todo lo contrario, pues ceder en cualquier
certamen y con cualquier equipo se hace más fácil y probable. ¿Quién
lo iba a creer?
El
solo hecho de tener que esperar 14 años
para volver a triunfar en esa justa muestra a las claras la gravedad del
asunto, más cuando es de conocimiento público que la mayoría de los conjuntos
que asisten regularmente a esa cita dejan bastante que desear en cuanto a
calidad, y esta versión del 2012 no fue la excepción, mientras nuestro equipo nacional
se presentó en el terreno con sus principales figuras.
Como
cubano, he deseado toda mi vida el éxito de nuestros hermanos peloteros en
cualquier certamen, en cualquier parte del mundo, ayer, hoy y siempre. Para mí
lo más importante es verlos triunfar, porque esos triunfos los considero como
míos. No importa sean jugadores de allá o de acá o que iclusive hayan nacido en
Estados Unidos y jueguen en las Grandes Ligas. Lo importante es nuestra
identidad, más allá de la política y criterios de algunos. Lo he dicho en
repetidas ocasiones.
Sobre
este tema y la participacón de Cuba en el torneo holandés, decidí buscar opiniones
y valoraciones de tres compatriotas bien ligados a este deporte desde distintas
“posiciones” y por demás amplios conocedores,
quienes accedieron gustosos a compartir con los lectores de mi Pasaje.
Me
refiero a Rafael Gómez Mena, destacado lanzador de los equipos de Industriales
y Metropolitanos en las series nacionales de la década del 80 y principios de
los 90; Pablo López, ex árbitro de la pelota cubana y hoy miembro de la USA
Umpire Association, quien le ha trabajado en juegos de Spring Trainning a los
Mellizos de Minnesota, Miami Marlins, Red Sox, Tigres de Detroit, entre otros,
y el colega Fernando Vilá, reconocido y prestigioso periodista deportivo del
sur de la Florida.
Según
Gómez Mena, el béisbol cubano va en picada y ya eso no hay quien lo pare. “Estamos
atrasados en cuanto a desarrollo porque nuestros jugadores no se miden con
otros de mejor nivel, y eso estanca. Tenemos el talento pero no el techo
adecuado”, dijo.
“La mayoría de los países tienen hoy un gran
adelanto beisbolero, sus jugadores lo hacen en lides de gran prestigio y por
ende se desarrollan mucho más rápido y en muchas naciones se están creando
academias profesionales de las distintas organizaciones y los toman desde jovencitos”,
agregó.
Alegó que cuando nosotros les dábamos palos a todo
el mundo, ellos se estaban preparando para el futuro y que la mayoría de los
países iban a los torneos con sus peloteros viejos, quienes prácticamente no tenían
ya nada que hacer.
“Mientras se mantenga el sistema
imperante en Cuba, seguiremos así en caída. Y ni aunque vayan a la Serie del
Caribe van a resolver el problema, porque esa justa es de solo cuatro o cinco
juegos y asisten conjuntos reforzados que no son selecciones”.
“No quiero ser pesimista y mucho
menos desearle el mal al equipo cubano, pero me parece que cada vez serán má
pobres los resultados y no me sorprendería que nuestra novena no pase de la
primera ronda clasificatoria en el venidero Clásico Mundial. Pasamos mucho
trabajo para ganar un juego, y eso ya está sucediendo en todos los niveles y
categorías”, sentenció finalmente.
Por su parte Pablo López considera
que la ilógica masividad de la actual Serie Nacional frena el desarrollo de
aquella pelota, porque es irrisorio ver cómo gran cantidad de jugadores batean
por encima de 300 y eso no se ve en ninguna parte del mundo.
“La preparación en las categorías inferiores
es pésima, no se hace un buen trabajo con los muchachos en las Escuelas de
Iniciación Deportiva (EIDE) y llegan a los juveniles y al campeonato de mayores
con serios problemas técnicos. Su pensamiento táctico es muy deficiente”,
comentó este árbitro cubano, de quien por cierto me han llegado magníficas
referencias respecto a la labor que realiza.
Acostumbrado a ver jugar a
talentosos jovencitos en Estados Unidos, se sorprende al ver la calidad que
estos poseen. ”Eso no sucede hoy en nuestro país –dice-. El área de pitcheo en
Cuba está en crisis total, y considero que las series nacionales deben
realizarse con solo seis conjuntos que agrupen a los de mayor calidad. Quizás
así las cosas mejoren un poco, pero verdaderamente será bien difícil”, senaló.
El
colega Fernando Vilá es del criterio que la pelota de la Isla podrá copar los
planos estelares cuando haya un cambio de sistema total en el país. “Solo así
podríamos colocarnos al nivel que teníamos en los 60 y 70”.
“El pelotero tiene que jugar
libremente y encontrar su nicho por pura calidad. Hoy el segundo catcher de
Villa Clara no puede jugar desde que Ariel Pestano debutó, y eso en una pelota
libre no pasa.
La pelota que llaman de base en Cuba es una pudrición,existen
coaches sin conocimientos que les quitan el chance a muchos muchachos porque no son
políticos o porque simplemente caen mal, como le sucedió en su momento a Yunel
Escobar”, apuntó.
“El beisbol cubano actual –dijo- esta
en el peor momento de su historia. Es ilógico ver cómo ni se pueden hacer cambios de
jugadores entre equipos y han frustrado a cientos de peloteros en estos 50 años, situación que no pasa en una
pelota libre, donde se cambia de team si hay calidad. Podría darte decenas de
razones que han provocado la total decadencia de ese béisbol”.
“Va a demorar mucho tiempo para
poder recuperar esa pelota que han puesto en tan malas condiciones. La calidad
en la categoría juvenil se acabó a mediados de los 90 y te digo que si se hace
una selección de los mejores 100 jugadores de series nacionales, no pasan de 10
los que hayan debutado después de 1995”.
Y analizando los peloteros que
defendieron el campo en el certamen de Haarlem, Frederich Cepeda es el único
que podría jugar con una selección Cuba de 1980. El tercera base que jugó no
tiene la calidad ni de Gabriel Pierre, ni de Lázaro Vargas y mucho menos la de
Omar Linares”.
Referente a la posible actuación de
Cuba en el III Clásico Mundial, Vilá apuntó: “Hay que ver el Grupo en que caen
y cómo van los demás. Pero te puedo asegurar que este equipo Cuba no pasaría de
primera ronda en ninguno de los dos grupos clasificatorios de los dos eventos
anteriores”.
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