2012/08/03

Otro villaclareño debutó con éxito en las Mayores

Por Mark Clements / MLB.com

El receptor cubano Eddy Rodríguez, quien acababa de ser convocado desde ligas menores, entró a la caja de bateo por primera vez como ligamayorista el jueves en el tercer inning del partido de San Diego contra los Rojos en Cincinnati. 

El lanzador contrario no había permitido hits y ahora está empatado en el primer lugar de victorias en Grandes Ligas. 

Cuatro lanzamientos después, Rodríguez recorría las bases tras sacar del parque un slider del abridor dominicano Johnny Cueto. 

"Simplemente estaba tratando de ver la bola y pegarle", dijo Rodríguez. "Lo que quería era asegurarme de tener un buen turno al bate y cuando llegó el resultado, no lo pude explicar. Se me pone la piel de gallina. Fue increíble." 

Rodríguez se convirtió en el segundo jugador esta temporada que conecta un cuadrangular en su primer turno al bate en Grandes Ligas. El primero fue el dominicano Starling Marte de los Piratas, quien logró la hazaña la semana pasada. 

Cueto había cedido apenas cinco jonrones en 22 aperturas en la temporada hasta ese momento. No había permitido vuelacercas alguno en 11 aperturas y 80 innings de labor desde el 25 de mayo. 

Rodríguez le puso fin a esa racha en su primer día en la Gran Carpa. 

"¿Acaso no es maravilloso?", dijo el mánager de los Padres, Bud Black. "En su primer turno al bate en Grandes Ligas, le conecta un jonrón a Johnny Cueto. Es un día que recordará por siempre y estoy seguro de que muchos de nosotros también. Para eso es que uno viene al parque, porque siempre existe la posibilidad de presenciar algo como eso". 

Rodríguez, de 26 años de edad, se crió en Villa Clara, Cuba. Antes de ser pelotero, desertó con su familia y, después de muchas contrariedades, echó raíces en Miami. Recibió una beca para jugar béisbol en la Universidad de Miami antes de ser seleccionado por los Rojos en el draft amateur del 2006. 

Rodríguez pasó tres campañas en el sistema de liga menor de los Rojos antes de que el club le diera de baja en el 2008. Luego jugó dos temporadas en la Liga Independiente antes de unirse a los Padres el año pasado. 

"Subí con Johnny por el sistema de los Rojos. Eso hace que este momento sea más gratificante", dijo Rodríguez. "Ha sido un largo camino. Siempre he tenido el respaldo de mi mamá y de mi familia, lo cual hace más fáciles las cosas. En la pelota independiente...buscas la oportunidad de jugar en Grandes Ligas y ante muchos aficionados. Me siento muy bendecido porque me llamaron". 

Hace apenas unos días, Rodríguez estaba bateando .223 por Clase-A Lake Elsinore.
Cuando su compatriota Yasmani Grandal, otro novato, ingresó a la lista de lesionados el martes debido a un esguince en un oblicuo, Rodríguez recibió la anhelada llamada. 

"Desafortunadamente, las lesiones son parte del béisbol", dijo Rodríguez. "Uno nunca quiere llegar de esa manera, pero es parte del juego y estoy aquí para ayudar al equipo a ganar. (Grandal) es un componente importante de este equipo, una pieza clave de la organización de los Padres de San Diego para el futuro. Simplemente estoy aquí para cumplir con mi trabajo y tomar las cosas un día a la vez". 

Grandal fue seleccionado por los Rojos en el draft amateur del 2010 y asistió a la Universidad de Miami, donde fue el receptor titular tras la partida de Rodríguez. El primer hit de Grandal en Grandes Ligas también fue un bambinazo, aunque no lo dio en su primer turno al bate. 

"Nos conocemos probablemente desde que yo estaba en mi tercer año de la universidad y él era estudiante de último año en la escuela secundaria", dijo Rodríguez. "La familia de la Universidad de Miami es bastante unida. Todos los peloteros nos mantenemos en contacto". 

Aun más importante para Rodríguez son sus familiares más cercanos, que fueron lo primero que le pasó por la mente después de su gran día en el diamante. 

"En lo único que podía pensar era que todo es un esfuerzo. Pensé en mi madre", dijo Rodríguez. 

Después del jonrón, un aficionado de los Rojos tiró la bola al terreno. Haya sido de buena fe o no, a Rodríguez no le importa. Si recupera la pelota, ya sabe lo que hará con ella. 

"La meteré en un caja y se la mandaré a mi mamá", dijo.

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