Foto: AP |
Inesperado, espectacular,
grandioso, fue el triunfo del equipo de Brasil en la eliminatoria que concluyó
este lunes en tierras panameñas, tras vencer por segunda ocasión a la novena
local, archivaforita para ganar el boleto al III Clásico Mundial de Béisbol,
pero frenada por el ímpetu de los sudamericanos convertidos en unos gigantes imposibles de vencer.
La victoria de marras ante Panamá de 1x0 en el duelo
decisivo por la clasificación al gran evento beisbolero del venidero año,
corroboró una vez que los brasileños saben jugar muy bien a la
pelota, que tienen jugadores de calidad y que no obstante representar a un país
con escasa tradición en este deporte, le pueden ganar hoy en día a cualquiera.
Sin dudas, el hermético pitcheo de sus lanzadores fue la
clave del éxito en esta etapa eliminatoria.
En el desafío de la verdad subieron a la lomita a un derecho llamado
Rafael Fernandes, quien amarró cortico a
los locales ante el asombro de la gran concurrencia que asistió al estadio Rod
Carew para apoyar a los de casa.
Fernandes tiró seis entradas de maravillas, en las que solo
toleró par de indiscutibles, concedió un solo boleto y ponchó a dos hombres,
actuación que le garantizó el éxito, pues sus compañeros habían marcadado la
única y decisiva carrera del encuentro en la parte baja de la tercera entrada.
Por cierto ese glorioso inning
para los cariocas lo abrió el torpedero Marcio Tanaka con línea al centro del
terreno capturada por Rubén Rivera, pero acto seguido el hombre proa, el
patrullero central Paulo Orlando disparó imparable al izquierdo y fue imitado
por el antesalista Leonardo Reginatto que llevó a Orlando a tercera.
La escena quedaba lista para que
el pelotero inspiración de los brasileños, el enmascarado y tercero en el line
up, Yan Gomes, se anotara sencillo al central y trajera para la goma a Orlando
con la anotación de oro.
Volviendo a la labor de los
serpentineros de Brasil –a quienes solo le ligaron tres hits-, les agrego que
también trabajaron Murilo Gouveia, dos y un tercio (una base y dos ponches) y
finalmente el veloz derecho de 19 años Thyago Vieira –pertenece a la
organización de los Marineros de Seattle-, quien vino en rescate de Gouveia en la novena entrada cuando los
panameños tenían hombre en segunda –la del empate- con un solo out.
Al primer lanzamiento de Vieira, Carlos Ruiz lo recibió con
metrallazo de hit al izquierdo, con lo que el corredor Isaías Velázquez solo puedo llegar a la
antesala. Y cuando todo parecía indicar que Panamá al menos empataría el desafío,
el derecho de Sao Paulo metió el brazo y de qué manera para ponchar a Carlos
Lee y a Rubén Rivera y asegurar así la victoria de su equipo y por ende la ansiada clasificación al Clásico Mundial.
Para que se tenga una idea de la labor de los tiradores
brasileños, les digo que en los tres partidos jugados, solo permitieron tres
anotaciones, algo que realmente muy pocos pensaron fuera posible antes de la
competencia. Pero así fue y un conjunto que tenga una solidez como esta en su
staff de tiradores, se torna bien dificil de superar.
Las felicitaciones a los muchachos del mentor ex grandes
ligas Barry Larkin por este resonado e histórico triunfo. Este hombre supo manejar
muy bien sus piezas en cada momento y merece igualmente el reconocimiento de
todos al igual que los demás miembros del cuerpo de dirección de dicha novena.
Una vez más se ratifica la grandeza y lo impredecible que es
el béisbol…, que no hay enemigo pequeño y que no por gusto la pelota es redonda
y viene en caja cuadrada, ¿no creen?
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