Por ALDO LUBERTA MARTÍNEZ
Aquí los dejo con dicho trabajo. Y como de costumbre, espero por sus opiniones y análisis. Y gracias siempre por seguir este blog…
Las asiduas derrotas, sobre todo en la última década, de la escuadra cubana de béisbol ante su similar de Holanda, han provocado un sinnúmero de comentarios, expelidos estos por especialistas y aficionados, sean avezados o no.
Ellos, sin excepción, rememoran, constantemente, por ejemplo, la victoria, 2 anotaciones a una, que los representantes de la tierra de los tulipanes obtuvieron ante los nuestros en la discusión del título del último Campeonato Mundial de Béisbol...
O la blanqueada recibida por los lanzadores holandeses, 6 carreras a 0, en un partido de preparación, previo al III Clásico Mundial; o las 2 derrotas, 6-2 y 7-6, que sufrimos en el mencionado evento, sobre todo la última que, por si fuera poco, nos eliminó del mencionado evento, y, a su vez, esfumó toda posibilidad cubana de aspirar a la tan cacareada meta de clasificar a la fase de semifinales, concretada en la ciudad estadounidense de San Francisco, California, para de esa manera colocarnos entre los 4 grandes del béisbol mundial.
Les
traigo un excelente análisis del colega y buen amigo Aldo Luberta Martínez
acerca del Cuba de pelota. Toca, como de costumbre, interesantes aristas que
deseo compartir con ustedes, independientemente de que ya el III Clásico
Mundial de Béisbol sea historia.
Aquí los dejo con dicho trabajo. Y como de costumbre, espero por sus opiniones y análisis. Y gracias siempre por seguir este blog…
Las asiduas derrotas, sobre todo en la última década, de la escuadra cubana de béisbol ante su similar de Holanda, han provocado un sinnúmero de comentarios, expelidos estos por especialistas y aficionados, sean avezados o no.
Ellos, sin excepción, rememoran, constantemente, por ejemplo, la victoria, 2 anotaciones a una, que los representantes de la tierra de los tulipanes obtuvieron ante los nuestros en la discusión del título del último Campeonato Mundial de Béisbol...
O la blanqueada recibida por los lanzadores holandeses, 6 carreras a 0, en un partido de preparación, previo al III Clásico Mundial; o las 2 derrotas, 6-2 y 7-6, que sufrimos en el mencionado evento, sobre todo la última que, por si fuera poco, nos eliminó del mencionado evento, y, a su vez, esfumó toda posibilidad cubana de aspirar a la tan cacareada meta de clasificar a la fase de semifinales, concretada en la ciudad estadounidense de San Francisco, California, para de esa manera colocarnos entre los 4 grandes del béisbol mundial.
¿Holanda?
Sí, Holanda, aunque a muchos le sorprenda. Holanda, aunque a muchos le duela.
Holanda, que, aunque parezca increíble, y hablando en buen cubano, “se la
planta’o bonito” a nuestra escuadra de béisbol provocándole, además, derrotas
que, por ejemplo, y continúo ejemplificando, han significado el fin del invicto
de Cuba, en cuanto a béisbol refiere, en Juegos Olímpicos.
Retrocedamos
poco más de 12 años en el tiempo.
Año
2000. En el lapso comprendido entre los días 15 de septiembre y 1 de octubre se
festeja la XXVII edición de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. Australia, “la
isla continente”, por segunda ocasión en la historia, se convierte en sede de
este tipo de eventos. En 1956 correspondió a Melbourne; en los albores del III
Milenio, Sydney recibió la gracia.
La
delegación cubana asiste con el pronóstico de varias posibilidades de títulos,
y, al mismo tiempo, con varias posibilidades de repetir títulos. En el caso
anterior se hallan, por solo citar algunos, el luchador grecorromano, Filiberto
Azcuy, 69 kilogramos; Félix Savón Fabré, boxeo, 91 kilogramos, en las
disciplinas individuales; mientras que en las colectivas se señalaban a las
féminas del voleibol y la, hasta entonces poderosa, e invicta en Juegos
Olímpicos, selección de béisbol.
El
béisbol, como tópico particular, había debutado como deporte olímpico en la,
tan recordada, versión de Barcelona, en 1992. Cita donde, de manera fácil y
contundente, hicieron “sonar los aluminios”, para, así, lograr una de las 14
medallas de oro que la delegación de la mayor de las Antillas conquistó en la
capital de Cataluña; cantidad de títulos que colocaron a Cuba en el quinto
lugar del medallero final de los Juegos. (Voleibol, F; Odalys Revé, judo, 66
kilogramos, Maritza Martén, lanzamiento de disco; Javier Sotomayor, salto alto;
Héctor Milián, 100 kilogramos, lucha grecorromana; Alejandro Puerto, 57
kilogramos, lucha libre; Rogelio Marcelo, 48 kilogramos, boxeo; Joel Casamayor,
54 kilogramos, boxeo; Héctor Vinent, 63.5 kilogramos, boxeo; Juan Carlos Lemus,
71 kilogramos, boxeo; Ariel Hernández, 75 kilogramos, boxeo; Félix Savón Fabré,
91 kilogramos, boxeo; Roberto Balado Méndez, más de 91 kilogramos, boxeo; y,
finalmente, el béisbol).
Actuación
cubana en el béisbol de los Juegos Olímpicos, Barcelona’ 1992:
Selección:
Receptores: Alberto Hernández y José Raúl Delgado. Jugadores de cuadro: Lázaro
Vargas, Lourdes Gourriel, Antonio Pacheco, Juan Padilla, Germán Mesa, Luis
Ulacia, y Omar Linares. Jardineros: Víctor Mesa, Ermidelio Urrutia, José
Estrada, y Orestes Kindelán. Lanzadores: Osvaldo Fernández, Rolando Arrrojo,
Juan Carlos Pérez, Giorge Díaz, Omar Ajete, Jorge Luis Valdés y Orlando
Hernández.
Cuba,
en los Juegos Olímpicos de Barcelona’ 1992, en la etapa clasificatoria, venció,
por ese orden, a República Dominicana, 8-0; a Italia, 18-1; a Japón, 8-2; a
Estados Unidos, 9-6; a España, 18-0; a Puerto Rico, 9-4; y a Taipei de China,
8-1; en la fase semifinal derrotó a Estados Unidos, 6-1; y en la discusión del
título arrolló, de manera inobjetable, a Taipei de China, 11-1. De esa manera,
Cuba, obtenía el primer título que se disputaba en el béisbol, en lo que
respecta a la historia de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna.
4
años después
1996.
La ciudad estadounidense de Atlanta acoge, sorpresivamente, la edición número
26, de las olimpiadas modernas. Muchos afirman, me encuentro entre esos que lo
aseguran a gritos, que los Juegos del Centenario le correspondían, por derecho
a Atenas, Grecia, no obstante, la cúpula directiva del Comité Olímpico
Internacional decidió, tras la tradicional votación, que Atlanta sería la
escogida, y así fue. Estados Unidos, por cuarta ocasión organizaba la gran
fiesta del deporte mundial: San Luis’ 1904, Los Ángeles’ 1932, Los Ángeles’ 1984,
y Atlanta’ 1996.
Los
cubanos, en pleno, estábamos convencidos de que repetir la actuación de
Barcelona’ 1992, era como, y acá parafraseo a Herrerita, amigo y comediante,
“como intentar hacerle un legrado a una pulga”, empero, y con el optimismo que
nos caracteriza, aspiramos, siempre, a un buen desempeño, y, en buena medida,
se logró, aunque, e insisto, los 9 títulos obtenidos en Atlanta’ 1996 distan,
en demasía, de los 14 logrados en Barcelona’ 1992 (Voleibol, F, Driulis
González, 56 kilogramos, judo; Filiberto Azcuy, 74 kilogramos, lucha
grecorromana; Pablo Lara, 75 kilogramos, levantamiento de pesas; Maykro Romero,
51 kilogramos, boxeo; Héctor Vinent, 63.5 kilogramos, boxeo; Ariel Hernández,
75 kilogramos, boxeo; Félix Savón Fabré, 91 kilogramos, boxeo; y, finalmente,
el béisbol).
Actuación
cubana en el béisbol de los Juegos Olímpicos de Atlanta’ 1996:
Selección:
Receptores: Alberto Hernández y Juan Manrique. Jugadores de Cuadro: Lázaro
Vargas, Antonio Scull, Juan Padilla, Antonio Pacheco, Eduardo Paret, y Omar
Linares. Jardineros: Miguel Caldés, Rey Isaac, José Estrada, Luis Ulacia,
Orestes Kindelán, Lanzadores: José Ariel Contreras, Pedro Luis Lazo, Eliecer
Montes de Oca, Ormari Romero, Omar Luis, Jorge Fumero, y Omar Ajete.
Cuba,
al igual que en la ciudad condal, obtuvo, nuevamente, de manera invicta el
título en el béisbol de los Juegos Olímpicos, aunque, y es algo que exponen los
score de cada partido, comenzaron a notarse serios problemas de pitcheo.
Veamos.
La
selección cubana venció, en la etapa clasificatoria, a Australia, 19-8; a
Japón, 8-7; a Holanda, 18-2; a Corea del Sur, 14-11; a Italia, 20-6, a Estados
Unidos, 10-8; y a Nicaragua, 8-7. En la semifinal volvieron a derrotar a los
“nicas”, pero con marcador de 8-1, mientras que en la discusión del oro dispusieron
de los japoneses 13-9, en un partido donde los cubanos conectaron 7
cuadrangulares (Miguel Caldés, Orestes Kindelán, Eduardo Paret, Luis Ulacia y
Omar Linares que conectó 3, cada uno por una banda diferente).
Holanda,
el primer verdugo en Sidney’ 2000
Dos
coronas olímpicas y una impecable actuación, exhibía el béisbol cubano antes de
asistir a los Juegos de Sidney, en el año 2000. Para la ocasión, y tras la
aplastante derrota sufrida ante la escuadra de Japón en la Copa
Intercontinental de Barcelona’ 1997, la Federación Cubana había designado a
Servio Borges como Director Técnico de la selección de béisbol. Jorge Fuentes,
manager en Barcelona’ 1992 y Atlanta’ 1996, había sido destituido; así como
Alfonso Urquiola, que estuvo al frente de la escuadra en el período comprendido
entre 1998 y 1999, y que obtuvo, con grandes dificultades, títulos como el de
los Juegos Panamericanos’ 1999, celebrados en Winnipeg, Canadá.
Todos
queríamos el tercer título olímpico de nuestro equipo de pelota, y, de ser
posible, que este ganara, vapuleara, destrozara, arrollara, a cuanto rival se
interpusiera en el camino al oro.
Selección:
Receptores: Juan Manrique y Ariel Pestano. Jugadores de cuadro: Antonio Scull,
Antonio Pacheco, Oscar Macías, Germán Mesa, Danel Castro, Omar Linares, Gabriel
Pierre, y Orestes Kindelán. Jardineros: Miguel Caldés, Luis Ulacia, Yasser
Gómez, Javier Méndez, y Yobal Dueñas. Lanzadores: José Ibar, Yovani Aragón,
Lázaro Valle, José Ariel Contreras, Pedro Luis Lazo, Omar Ajete, Norge Luis Vera,
y Maels Rodríguez.
En
el primer partido de la etapa clasificatoria los cubanos enfrentaron a
Sudáfrica; no obstante del fácil resultado, 16-0, llama la atención, lo que a
mi parecer, resultó el primer desliz de la dirección técnica, liderada, insisto,
por Servio Borges, a quien no pocos apodan “El brujo”. Frente a los
sudafricanos Norge Luis Vera, lanzador abridor, estaba dando juego perfecto;
Vera tenía la gran posibilidad de convertirse en el primer pitcher en propinar
un partido de ese tipo en Juegos Olímpicos, no obstante fue sustituido en el
sexto inning por José Ariel Contreras, y este, a su vez, en el séptimo, por
Maels Rodríguez. Pudo haber sido un juego perfecto a 3 manos, pero no sucedió.
En la novena entrada, Gabriel Pierre que había reemplazado a Omar Linares, en
la tercera base, cometió error sobre un lance relativamente fácil que privó,
reitero, de concretar el juego perfecto. Días más tarde, revisando archivos,
hallé que en Campeonato del Mundo, Nicaragua’ 1972, José Antonio Huelga venía tejiendo
una faena impecable ante el equipo de la extinta República Federal Alemana,
cuando, también de manera sorpresiva, fue reemplazado por Santiago Mederos
Iglesias, “Changa”. En esa ocasión, Servio Borges, “El brujo”, también privó a
un lanzador, a un equipo, de concretar el sueño de un juego perfecto. En 1972,
“Changa” fue bateado con oportunidad, e incluso la débil escuadra de la
entonces RFA no solo rompió el cero hit, sino también el cero carreras.
La
segunda presentación de Cuba, en el béisbol de los Juegos Olímpicos de Sidney’
2000, fue ante Italia, y correspondió victoria de 13 anotaciones a 5; en ese
partido, los nuestros tuvieron que venir de abajo en la parte baja de la
tercera entrada para igualar las acciones a 5 carreras, porque en la parte alta
del mencionado inning, y con el score 3-0 a favor de los cubanos, el equipo
“azzuro” bateó a sus anchas frente al abridor Yovani Aragón, para lograr pisar
el home en 5 oportunidades.
Cuba,
luego de salir airoso ante Italia, sonrió frente a Corea del Sur, 6-5; juego en
el que también tuvo que descontar una desventaja de 4 anotaciones, produciendo
5 carreras en la primera parte de la sexta entrada. Los asiáticos lograron la
igualada en el inning de la suerte, y en el octavo la selección criolla anotó la
que a la postre iba a definir el score final del encuentro.
Con
tres victorias en igual cantidad de presentaciones Cuba tenía que medir a
Holanda, y… Resulta que de este partido, motivo, a su vez, de esta larga
consecución de ideas, se habla poco. Apenas se recuerda que fue la antesala de
las derrotas sufridas por nuestra escuadra, ante los tulipanes, en las últimas
fechas.
Para
ese partido la dirección técnica del equipo Cuba, liderada, no olviden, por
Servio Borges, “El brujo”, abrió con la siguiente alienación: Luis Ulacia (LF),
Yobal Dueñas (CF), Omar Linares (3B), Orestes Kindelán (1B), Antonio Pacheco
(2B), Oscar Macías (D), Miguel Caldés (RF), Ariel Pestano (R), Germán Mesa
(SS), y el lanzador abridor Norge Luis Vera. Una magnífica alineación que, sin
dudas, debía propiciar a Cuba su cuarta victoria en línea, y, de esta manera
mantaner la condición de invicto en Juegos Olímpicos.
Cuba,
que mostraba la condición de visitador, rompía el marcador en el mismo primer
inning, cuando, tras 2 outs, Omar Linares conectaba largo cuadrangular, para,
tempranamente, colocar a nuestra selección en posición ventajosa, aunque por
margen estrecho.
Imaginamos
que la conexión de Linares significaría solo una muestra de lo que vendría
después, y nos equivocamos en pleno. Ese hit fue, apenas, el primero de 7
espaciadas conexiones; esa anotación, que representó, paupérrimamente, la
ventaja, vino acompaña de otra, en el inning número 9, cuando Javier Méndez,
bateador emergente por Luis Ulacia, impulsó a Orestes Kindelán. En ese momento
del juego Holanda vencía a Cuba, 4-1, y la conexión, del número 17 de los
equipos capitalinos, selló el 4-2 final desfavorable a los nuestros.
Recuerdo
que, al caer el último out, no daba fe a lo que ante mis ojos se mostraba: Un
cabizbajo equipo nacional cubano de béisbol se retiraba del estadio al caer
vencido, asombrosa y sorpresivamente, por su similar de Holanda.
-
Con 7 hits no se gana un
juego- comentó mi padre, tan, asombrado y sorprendido, como yo, o más asombrado
y sorprendido, que yo.
Sí,
porque fueron apenas 7 hits: Luis Ulacia (3-1), Yobal Dueñas (5-1), Omar
Linares (4-1), Orestes Kindelán (4-2), y Antonio Pacheco (3-2). El equipo
holandés no solo dominó a los bateadores de la poderosa escuadra cubana, sino
que no creyó en Norge Luis Vera, uno de los mejores lanzadores de la, e
insisto, poderosa escuadra cubana. Vera, en apenas 2 inning y un tercio,
permitió 2 hits, otorgó una base por bolas, y permitió 4 carreras, todo, lo
anterior, en la tercera entrada.
Tras
esa derrota, Cuba venció a Australia, 1-0, a Estados Unidos, 6-1, a Japón, 6-2;
en la fase semifinal enfrentó, y venció a Japón, 3-0, con una lección
impresionante de pitcheo por parte de José Ariel Contreras, y en la final, cayó
ante Estados Unidos, 4-0; resultado que le impidió obtener el tercer título
olímpico.
Significativamente,
este encuentro, representó otras de las controvertidas decisiones de Servio
Borges, “El brujo, que no es tan brujo, al abrir con Pedro Luis Lazo, cuando
todo indicaba a José Ibar.
En
los Juegos Olímpicos de Sidney’ 2000 la delegación cubana obtuvo 11 títulos; la
tan buena actuación fue encabezada por Legna Verdecia (52 kilogramos, judo),
Sibelis Veranes (70 kilogramos, judo), Anier García (110 metros con vallas,
atletismo), Iván Pedroso (Salto largo, atletismo), Filiberto Azcuy (69
kilogramos, lucha grecorromana, por segunda ocasión consecutiva), Guillermo
Rigondeaux (54 kilogramos, boxeo), Mario Kindelán (60 kilogramos, boxeo), Jorge
Gutiérrrez (75 kilogramos, boxeo), Félix Savón Fabré (91 kilogramos, boxeo, por
tercera ocasión consecutiva), Ángel Valodia Matos, (90 kilogramos, taekwondo),
y el Voleibol que tras una infartante
victoria ante Rusia, en la discusión del oro, proporcionó la alegría de un
tercer título olímpico en línea, algo que no pudo concretar el equipo nacional
de béisbol.
Ofrezco
disculpas por lo extenso del recuento. Desde la eliminación de nuestra
escuadra, a manos de Holanda, estuve tentando redactar este artículo, para,
así, rememorar el juego donde, nuestros actuales verdugos, nos arrebataron, en
buena lid, la condición de invictos en Juegos Olímpicos. Encuentro que, según
mi criterio, lo considero, como base fundamental, del paulatino declive del
béisbol cubano.
No
lo duden, Holanda nos hace sombra desde hace más de una década.
1 comentario:
Holanda ha desarrollado mucho su beisbol, no es casualidad que hayan llegado a las semifinales del Clásico, independientemente de que la estructura de este torneo no permita un enfrentamiento todos contra todos y por tanto no permita una valoración más objetiva de su verdadero nivel.
En cuanto a Cuba estoy de acuerdo con Luberta, el inicio de la década del 2000 marcó el principio del declive de nuestro beisbol, incluso en la Copa Intercontinental de Sydney de 1999 perdimos con Australia en la final. Así y todo ya quisiera tener aquellos pitchers de ese tiempo en el actual equipo Cuba, porque es el punto más débil en nuestro beisbol, la ofensiva da signos de que vuelve a renacer. Un saludo
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