2011/05/26

Jonroneros que no vieron las Mayores (II y final)

Rafael Rofes Perez
Antonio Muñoz, el estelar zurdo primera base de los conjuntos de la antigua provincia de Las Villas -para muchos y me incluyo entre ellos-, el mejor en esa posición en Series Nacionales, ocupa la cuarta casilla con 370 batazos de vuelta completa.

Tuvo la dicha de haber jugado en cuatro décadas (60, 70, 80 y 1990). En la Serie de 1974, vistiendo las franelas de Azucareros lideró las carreras anotadas, con 54; dobles en 1971 (19), y jonrones, 1974 y 1976, con 19 y 13, respectivamente.

Muñoz fue el primero en pegar 200 y 300 jonrones en Series Nacionales. Fuera de Cuba tuvo gran destaque, pues estuvo presente en cinco de los llamados Campeonatos del Mundo, cinco Copas Intercontinentales, además de tres Juegos Panamericanos, y otros tantos Centroamericanos y del Caribe.


Una de sus mayores satisfacciones se remonta a la final del Mundial de Japón 1980, cuando decidió ese choque tras disparar cuadrangular ante el plantel de Corea del Sur.
En Mundiales tiene el récord de más jonrones para una Serie, con 8 en la cita de Italia 1978, además de convertirse en el primer cubano en disparar tres cuadrangulares en un juego mundialista. En estos certámenes, fue líder de este departamento, carreras impulsadas y anotadas, y en el torneo de 1978 fue escogido como el jugador más valioso. En Japón 1980, estuvo al frente de las carreras empujadas.
El habanero Romelio Martínez Hernández (jardinero), quien aparece empatado con el “Gigante del Escambray” Antonio Muñoz en las casillas 4-5, con un total de 370 vuelacercas, fue un jardinero con un gran poder al bate, y en solo 15 Series compiló esta friolera de batazos.
Romelio terminó su carrera con un promedio ofensivo de 271, producto de mil 289 hits en cuatro mil 752 comparecencias al homeplate, incluidos 174 dobles, seis triples y pisó la goma en 972 oportunidades. En la XXXI Serie (1992) quedó líder en jonrones con 19.
Tras Romelio se ubica el bien llamado “Señor Pelotero” Luis Giraldo Casanova Castillo, con 312 batazos de este tipo. Representó siempre a los equipos de su terruño natal, Pinar del Río, como jardinero derecho en las décadas de los 70, 80 y principios de los 90, aunque en sus últimos años como jugador defendió el primer cojín.
Este recio toletero toma asiento en lugares de relevancia en la mayoría de los departamentos ofensivos en Cuba y acaparó unos cuantos lideratos, al terminar de puntero en carreras anotadas en 1980 (64), dobles en 1984 (19), empatado con el cienfueguero Sixto Hernández, cuadrangulares en 1984 (20), impulsadas ese propio año (67), y boletos recibidos en los años 1980 (57) y 1983 (34), igualado con Alejo O´Reilly.
En su participación internacional aglutina un total de seis Campeonatos Mundiales amateurs, tres Juegos Panamericanos, dos Centroamericanos y seis Copas Intercontinentales.
En Mundiales fue líder jonronero en los certámenes de 1980, 1984, 1986 y 1988, y constituyó sin dudas baluarte fundamental de esa época en los éxitos de la Isla en el contexto internacional.
Otro hijo de Santiago de Cuba, Gabriel Pierre Lazo, es el séptimo mayor jonronero de la pelota criolla con 306 cuadrangulares. Jugador fornido y recio defensor de la tecera base, representó siempre a las novenas de su provincia y tuvo solo el inconveniente de que por ese tiempo coincidió con el estelar Omar Linares en la esquina caliente.


Pierre promedió de por vida 295 de average, pegó mil 577 hits en cinco mil veces al rectángulo de bateo, entre éstos 302 dobles y 17 triples y anotó mil 031 carreras, además de constituir figura clave en los halagüeños resultados de por vida del béisbol santiaguero.
Extrafronteras integró la selección nacional a las Copas Intercontinentales de 1991 y 1997, los Centroamericanos y del Caribe de 1998, el Campeonato Mundial de ese mismo año, los Panamericanos de Winnipeg 99, y los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.
Uno de los peloteros de mayor estatura que han jugado en Cuba, me refiero al gigante matancero Julio Germán Fernández Tortoló, es el octavo entre los máximos jonroneros cubanos, con un total de 302.
Este inicialista destacó precisamente por su enorme poder ofensivo y engrosó las filas de los conjuntos Henequeneros y Matanzas en las décadas de los años 80 y 90. También hizo maravillas guante en mano con seguros y espectaculares engarces.
 
Este departamento lo lideró en la XXXVI temporada, al despachar para la calle 15 pelotas, campaña donde fue igualmente el número uno en carreras remolcadas (60), y que también dominó en 1986, con 52.
Otro fenomenal pelotero que hizo engrandecer los graderíos por sus descomunales batazos lo fue sin dudas el cienfueguero Pedro José Rodríguez Jiménez, bien temido por lanzadores contrarios, quien brilló en los años 70 y 80 con las novenas de Azucareros, Cienfuegos y Las Villas.
“Cheíto”, como todos lo llaman, pegó 286 cuadrangulares (al igual que el habanero Oscar Macías), defendió siempre con estoicismo la tercera almohadilla y es uno de los peloteros cubanos que exhiben una mejor frecuencia de jonrones y carreras empujadas de por vida.
Tomó parte en 15 temporadas y promedió 287. Sus grandes dotes como hombre de fuerza las demostró en las Series de 1977, 1978, 1979 y 1980 cuando encabezó a los jonroneros, con 9, 13, 19 y 18 bambinazos, respectivamente.
Fue puntero en carreras impulsadas en las temporadas de 1977 (45), 1979 (53), y 1980 (55). Internacionalmente participó en cuatro Campeonatos Mundiales, tres Juegos Panamericanos, igual cifra de Centroamericanos y dos Copas Intercontinentales, eventos en los cuales sobresalió al bate como de costumbre.
Estos atributos hablan por sí solos de la calidad de estos hombres, lamentablemente imposibilitados de escribir sus hazañas en la pelota de Grandes Ligas, en la que convencido estoy se pudieron haber convertido en estrellas como otros compatriotas suyos que han deslumbrado y deslumbran hoy en el mas fuerte beisbol del planeta. ¿No lo cree usted?

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