2011/09/27

Cuba en los Panamericanos: El gran ascenso (II)

Por RAFAEL ROFES PÉREZ
CALI-1971
Los VI Juegos Deportivos Panamericanos volvieron a América del Sur, esta vez a la pintoresca ciudad de Cali, donde se reunieron competidores de 30 naciones con cerca de 3 mil 500 atletas.
Cuba asistió a suelo colombiano con aspiraciones de obtener más medallas de oro que en las tres justas anteriores juntas.

Esto significaba en la práctica adjudicarse como mínimo 15 títulos, cuestión bastante difícil si se consideraba que el los últimos Juegos los criollos a penas habían conseguido ocho dorados, por lo que habría que duplicar los resultados precedentes.



Nuestra comitiva participó en 23 de las disciplinas en disputa. Finalmente, después de varios días de intensa porfía, los cubanos se empinaron hasta la segunda plaza por vez primera en el cuadro general de medallas por países, al obtener 105 preseas (30-49-26), solo aventajados por Estados Unidos, 219 (105-74-40), y por delante del potente Canadá, 80 (19-20-41); Brasil, 30 (9-7-14); México, 40 (7-10-23); Argentina, 22 (6-4-12), y el país sede, 28 (5-9-14), por lo que su consigna se cumplió con amplitud.

Vitales resultaron en este importante ascenso las actuaciones, entre otros, de Pedro Pérez Dueñas, oro en triple salto (atletismo), con 17,40 metros, e imponer así marca mundial y convertirse en el primer recordista del orbe de Cuba, y las de las también titulares Carmen Romero (disco) y Tomasa Núñez (jabalina).

Reconfortante fue el cetro reconquistado por los peloteros, quienes derrotaron en el choque final a los norteamericanos 4x3, con el desaparecido José Antonio Huelga en la lomita, mientras cuatro de oro sumaron los pugilistas en los puños de Rafael Carbonell (48 kilogramos), Enrique Regüeiferos (63,5), Rolando Garbey (71), ambos monarcas también en Winnipeg-1967, y Emilio Correa, en los 67.

En ciclismo la cuarteta caribeña en los 100 kilómetros contrarreloj le arrebató la victoria a los famosos “escarabajos” colombianos: Esta, que estuvo integrada por Pedro Rodríguez, Aldo “Búfalo” Arencibia, Galio Albelo y Roberto Menéndez, también implantó récord para los Juegos.

La esgrima fue otro deporte con halagüeño desempeño, pues Margaraita Rodríguez y Eduardo John subieron a lo más alto del podio en el florete individual, al igual que los sablistas en el concurso por equipos.

En gimnástica la escuadra caribeña conquistó cinco títulos, entre ellos el oro individual en el all around de Jorge Rodríguez y en el por equipos, en tanto los luchadores dorados de la libre fueron Miguel Tachín (52kg), Francisco Lebéquer (74), y Lupe Lara (82).

Los pesistas también aportaron lo suyo con siete preseas doradas, y las sextetas de voleibol ganaron espectacularmente el oro, al vencer en la final las muchachitas a las peruanas, y los hombres a los representantes de Estados Unidos.

CIUDAD DE MÉXICO-1975
Al no poderse celebrar en Chile los VII Juegos, al ser asesinado en 1973 el presidente constitucional Salvador Allende, tras un golpe de estado perpetrado por el general Augusto Pinochet, los aztecas salvaron la consecución de esta fiesta, cuando del 12 de octubre de 1975 quedó inaugurada la séptima edición en la Ciudad de México.

En esta justa se inscribieron 33 países y 3 mil 146 competidores, quienes lidiaron en atletismo, baloncesto, béisbol, boxeo, ciclismo, ecuestres, esgrima, fútbol, gimnástica, hockey sobre césped, judo, pesas, lucha, natación, patinaje sobre ruedas, remo, softbol, tenis, tiro con arco, velas y voleibol.

Como siempre, los norteamericanos salieron como favoritos en la mayoría de los deportes, aunque ya se empezarían a apreciar ciertos cambios, aún modestos, en la correlación de fuerzas Norte-Sur en nuestro continente, y Cuba con el protagonismo mayor.

En el atletismo la mayor de las Antillas triunfó en los 100 metros planos con el estelar Silvio Leonard, los 800 con Luis Medina, los 110 con vallas en las piernas de Alejandro Casañas, y la maratón por intermedio de Rigoberto Mendoza. Entre las damas descollaron las titulares Anabella Alexander, quien se estiró hasta los 6,43 metros en el salto largo —nueva marca continental—, Carmen Romero (disco) —también con nuevo récord para los Juegos—, y María Elena Sarría, en el lanzamiento de la bala, quien hizo el 1-2 con la veterana Hilda “La Bambina” Ramírez.

Otra vez los peloteros mayorearon con una magnífica actuación de ocho sonrisas al hilo sin la sombra de un revés, y fueron secundados por las novenas de Estados Unidos y Venezuela. En esta etapa, el béisbol antillano tenía como figuras sobresalientes a Agustín Marquetti, Barudilio Vinent, Antonio Muñoz, Rodolfo Puente y otros.

Los boxeadores trajeron medallas en todas las divisiones y llevaron nueve hombres a las finales. Los dueños del fajín fueron Jorge Hernández (48kg), Ramón Duvalón (51), Orlando Martínez (54), Alejandro Montoya (75), Orestes Pedroso (81), quien venció en la final al norteamericano Leon Spinks, Teófilo Stevenson (+de 81), y Rolando Garbey (71), dueño de esta división desde 1967, por lo que se convirtió en tricampeón panamericano.

El ciclista Aldo Arencibia se alzó con el oro en la ruta individual (175 km) e implantó nueva marca, mientras los esgrimistas (masculino) fueron los mejores en el florete por equipos y en el sable individual con  Manuel Ortiz, al tiempo que ganaron el florete femenino con la zurda Margarita Rodríguez, y en estas dos últimas armas el certamen por colectivos.

La gimnástica masculina tuvo un rey en Jorge Cuervo, quien además de obtener el preciado galardón en el all around, triunfó en anillas, caballo de salto y la barra horizontal. Su coequipero Roberto León Richard, fue segundo en el all around y primero en el caballo con arzones y las paralelas.

En la lucha estilo libre se erigieron como monarcas continentales Eloy Abréu (52kg) y Jorge Ramos (57), y en la greco Silvano Valdés (48) e Adalberto Barbán (74). Otros éxitos importantes de los cubanos fueron las victorias de la embarcación de cuatro pares de remos cortos sin timonel, en el remo; la certera puntería en la pistola de aire por equipos y el skeet, también por colectivos, y la fructífera cosecha de los pesistas, con 18 títulos, de 27 posibles. Además, el voleibol mantuvo la hegemonía en ambos sexos.

Así concluyó el cuadro de medallas (primeros seis): 1- EE.UU., 246 (117-82-47); 2- CUBA, 134 (57-45-32); 3- Canadá, 90 (18-34-38); 4- México, 60 (9-13-38); 5- Brasil, 44 (8-13-23); y 6- Argentina, 15 (3-5-7).

SAN JUAN-1979
Cuba participa en los VIII Juegos de San Juan-1979 en 21 de los 25 deportes en disputa, con excepción de la equitación, natación, patinaje y softbol (m y f). En esta oportunidad se suscribieron para concursar un total de 34 países.

Formidable fue la faena del velocista Silvio Leonard, imbatible en los 100 y 200 metros planos del atletismo, con cronos de 10,13 y 20,37, respectivamente. Igual desempeño tuvieron el maratonista Radamés González, la balista María Elena Sarría, la discóbola Carmen Romero (dorada en Cali-1971 y México-1975), y la jabalinista María Caridad Colón.

Las pesas de los cubanos volvieron a brillar, al ser los punteros en ocho de las diez divisiones en disputa. En los 52 kg repitió su actuación de México-1975 Francisco Casamayor; en los 56 fue superior Daniel Núñez; en los 60, Víctor Pérez; 67,5, M. Ricardo; 82,5, Julio Echenique, y en los 100, Antonio Blanco.

También el béisbol llevó la felicidad al deporte cubano al transitar el evento en calidad de invicto. Segundo fue República Dominicana, que llevó un excelente equipo, y tercero Puerto Rico, mientras el boxeo dio otras cinco de oro, gracias a las convincentes demostraciones de Héctor Ramírez (48kg), Adolfo Horta (60), Andrés Aldama (67), José Gómez (75) y Teófilo Stevenson, en los superpesados.

Medallero final (primeros siete): 1- EE.UU., 266 (125-96-45); 2.- CUBA, 145 (64-47-34); 3- Canadá, 136 (24-43-69); 4.- Argentina, 36 (12-7-17); 5- Brasil, 38 (9-12-17); 6- México, 37 (3-5-29), y 7- Puerto Rico, 21 (2-9-10).

CARACAS-1983
La linda ciudad de Caracas acogió la IX edición de la fiesta continental en 1983, donde los norteamericanos eran como de costumbre los favoritos para adjudicarse la mayoría de las medallas de oro, y venían a probar fuerzas con vistas a las Olimpiadas de Los Ángeles el próximo año, ya que no habían tomado parte en la de Moscú-1980.

Pero también los cubanos iban bien preparados, con una buena mezcla de nuevos valores y veteranos con calidad probada, demostrado en varias de las disciplinas en competencia.

En el atletismo Cuba fue dueña otra vez del hectómetro (100 metros) en las piernas del bólido Leandro Peñalver, con un envidiable tiempo de 10,06; en los 400 con vallas venció Frank Montiel; en el salto alto, Francisco Centelles; largo, Jaime Jefferson, y en el triple, Jorge A. Reina.

Por su parte el disco y la bala fueron dominados por Luis Mariano Delís; el martillo por Genoveva Morejón; la bala (f), María Elena Sarría (titular en 1975 y 1979); el disco lo lideró María E. Betancourt, mientras en la jabalina se impuso María Caridad Colón.

Los peloteros mantuvieron el puesto de honor, y otro deporte de mucho arraigo en la Isla, el boxeo, continuó por sendero luminoso con las fajas conquistadas por Pedro Orlando Reyes (51 kg), Adolfo Horta (57), Candelario Duvergel (63,5); Orestes Solano (71), Bernardo Comas (75) y Pablo Romero (81). Por escuadras Cuba terminó con 54 puntos, por delante de Estados Unidos, 31, y Puerto Rico, 17, en ese orden.

La esgrima proporcionó a Cuba grandes satisfacciones. De las ocho medallas de oro en disputa, sus tiradores consiguieron siete y una de plata, entre hembras y varones. El florete masculino lo conquistó Efigenio Favier, y también la escudería criolla en el por equipos. La espada se la adjudicó Agapito Peñalver, y por colectivos se realizó igual hazaña en esta arme y en el sable.

Entre otras disciplinas destacadas en esta cita se incluyeron la gimnástica masculina, que acaparó las ocho de oro (seis para Casimiro Suárez), y tres fueron al pecho de las muchachitas; el judo (m), cuatro; la lucha libre, cuatro; lucha sambo, tres; lucha grecorromana, ocho; la halterofilia, 17; y el remo, dos.

El voleibol, uno de los baluartes de Cuba, triunfó una vez más en el sector femenino por cuarta vez, sexteta que aglutinó a verdaderas estrellas de la disciplina como Mercedes “Mamita” Pérez, Imilsis Téllez, Ana María garcía, y Nancy y Lázara González, entre otras, mientras los varones cayeron ante Brasil y tuvieron que contentarse con la plata.

Los ocupantes de las ocho primeras posiciones por naciones fueron: 1- EE.UU., 301 (145-100-56); 2- CUBA, 176 (79-53-44); 3- Canadá, 112 (18-44-50); 4- Brasil, 57 (14-20-23); 5- Venezuela, 73 (12-26-35); 6- México, 45 (7-11-27); 7- Argentina, 35 (2-11-22); 8- Puerto rico, 15 (2-7-6).

INDIANÁPOLIS-1987
Los X Juegos se celebraron entre el 7 y el 23 de agosto de 1987 en la ciudad estadounidense de Indianápolis: Cuba no participaba en eventos multideportivos en ese país desde los Panamericanos de Chicago-1959, cuando todavía no era la segunda potencia deportiva del continente.

Como era lógico, la delegación norteña era amplia favorita para vencer en la mayoría de las disciplinas y eventos convocados, máxime en su condición de país sede.

En el deporte rey, los anfitriones tuvieron otro extraordinario desempeño y coparon la cima en buen número de eventos. Por Cuba ganaron la presea dorada Luis mariano Delís (disco); Ana Fidelia Quirot (400 y 800 metros); Maritza martén (disco) e Ivón Leal (jabalina).

El béisbol estuvo bien calentico y al final los cubanos derrotaron a los locales 13x9 y ratificaron su condición de campeones, que traían desde los Juegos de Cali-1971, y en el deporte de la malla alta, las cubanas se impusieron sobre el cuadro de Perú para logar así su quinto título continental consecutivo, y en el masculino Estados Unidos venció a Cuba 3 sets por 2 en la gran final.

El boxeo continuó su racha triunfal con los cinturones dorados de Adalberto Regalado en los pesos mosca; Manuel Martínez (54), Julio González (60); Candelario Duvergel (63,5), Juan Carlos Lemus (67), Orestes Solano (71), Ángel Espinosa (75), Pablo Romero (81) y Félix Savón (91), lo que constituyó un rotundo éxito para la mayor de las Antillas.

La esgrima estuvo encabezada por norteamericanos y caribeños. Los cubanos Guillermo Betancourt y Tulio Díaz hicieron el 1-2 en el florete individual, al igual que Carlos Pedroso y Wilfredo Loyola en la espada, en tanto tamara Esterí y Camila Figueroa, hicieron lo mismo en esta arma, y los gimnastas también tuvieron otra actuación descollante.

Una joven cubanita, Lourdes Medina (3 de oro y 2 plata) combinó su depurada técnica con agilidad y armoniosa plasticidad para ser elegida como la reina de los Juegos en su especialidad, disciplina esta de nueva incorporación en la justa y precedida por el favoritismo de las estadounidenses.

En otros deportes Cuba hizo sentir igualmente su fuerza, tales fueron los casos del judo, las pesas, lucha libre, la grecorromana y el voleibol, que en la rama femenina computó su quinta corona y en el masculino quedaron en plata.

De esta forma Cuba se ratificó en la segunda plaza en el medallero final con 175 preseas (75-52-48). Estados Unidos mantuvo la punta con 367 (167-117-83), y los puestos del tres al seis fueron ocupados por Canadá, 161 (30-57-74), Brasil, 61 (14-14-33), Argentina, 48 (12-14-22), y México, 38 (9-11-18), respectivamente. (CONTINUARÁ)

(Fuentes: Un siglo de deporte olímpico, Cuba y América Latina, de Fabio Ruiz Vinageras y Archivo del autor)

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