Le corresponde ahora el “turno al bate” al colega habanero Miguel Ernesto Gómez Masjuán, quien redactó un interesante comentario sobre los Metros, unos días antes de que se informara oficialmente que el segundo equipo de la capital cubana jugaría también la venidera 51 Serie Nacional. Todo parece indicar que Masjuán desea se mantengan… Y como de costumbre, espero sus comentarios… Gracias.
Sus no pocos críticos lo llaman “la sucursal”. Para los peloteros deber ser difícil salir al terreno con la certeza de que el número de sus fanáticos es reducidísimo. Durante décadas, Metropolitanos, el “otro” equipo de la capital cubana, cumplió un rol importante; pero después de culminar cuatro temporadas consecutivas en el último lugar y a partir de la reestructuración de las provincias, una pregunta divide a los seguidores y especialistas del béisbol: ¿se mantendrá Metros en la Serie?
La historia de Metros comenzó en 1974, en la 14 Serie Nacional, y por casi cuarenta años, los Rojos han estado presentes en todas las temporadas. El mejor resultado del equipo fue el segundo lugar alcanzado en la decimoquinta Serie; pero esos tiempos de gloria se pierden en la memoria de los que todavía creen en la necesidad de la coexistencia — ¿pacífica?—entre Industriales y Metros.
Después de la 31 Serie (1991-1992), la dirección del béisbol en Cuba decidió modificar el torneo y solo la capital mantuvo el privilegio de contar con dos selecciones. De seguro en Pinar del Río no acogieron con agrado la fusión de Vegueros y Forestales y ese rechazo probablemente también se haya sentido en Matanzas, tras la unión de Henequeneros y Citricultores.
“La capital es la provincia más poblada del país”; “el desarrollo del béisbol aquí es superior”; “necesitamos otro equipo para acoger al enorme talento que surge de las categorías inferiores”, aclaraban los defensores de los Metros. Eran argumentos muy discutibles; pero podían ser tomados como ciertos y las cifras demuestran las buenas actuaciones que lograron los Rojos.
Al revisar las estadísticas, no es difícil comprobar que por un largo período los Metros fueron una selección competitiva. Además de la medalla de plata, hubo otros momentos de lucidez, sobre todo en las clasificaciones a los play offs en las ediciones de 1998 y 2000. En ambas oportunidades, los Rojos cedieron en el quinto y decisivo juego, frente a La Habana e Industriales.
Sin embargo, muchas cosas cambiaron en la última década y los Metros cayeron en un enorme abismo. El paso de los peloteros hacia Industriales—una práctica que nunca se detuvo—se incrementó, ante las múltiples alteraciones que sufrió la nómina de los Azules, por diversas causas, desde el retiro de jugadores hasta las salidas del país de otros. Esas transferencias laceraron la identidad de los Rojos.
Las críticas por el traspaso de jugadores hacia Industriales crecieron; pero los directivos habaneros defendían siempre su postura con una frase concluyente: “todos viven en la capital y el principal equipo es Industriales”. Cada pelotero que sobresaliera con Metros en una temporada, al año siguiente terminaba en la selección Azul. Esto, a largo plazo, terminó dañando al béisbol cubano.
En la 50 Serie, los Metros tuvieron otra terrible campaña. Por segundo año consecutivo, ni siquiera lograron ganar 30 partidos—un tercio de los jugados—y solo Jorge Luis Barcelán resaltó con el bate en la mano. Luego se oficializó la creación de dos nuevas provincias, Artemisa y Mayabeque, y para la Comisión nacional surgió un enorme problema: ¿qué hacer con los Metros?
Desde 1992 la Serie ha contado con 16 equipos, y en 1997 se introdujo el sistema de 90 partidos. A pesar de los reiterados ataques a la estructura de competencia, —quizás porque los críticos pensaban que las deficiencias de la pelota cubana se resolverían con revivir a las Series Selectivas—la actual forma de decidir al campeón nacional ha demostrado ser efectiva y ha permitido mantener una uniformidad en los récords que, sin dudas, beneficia a todos.
Artemisa y Mayabeque reclaman su derecho a participar en la 51 Serie Nacional. Nadie se atrevería a discutir esto, por tanto, el campeonato quedaría, supuestamente, con un número impar de equipos, 17. La cifra no resulta viable, ni para la organización del certamen, ni para la parte económica de un evento que ha tenido que efectuar, en sus dos temporadas más recientes, la mayoría de los partidos en horario diurno, para así disminuir los costos.
La Comisión ha sostenido reuniones con la prensa especializada en todo el país y en esos encuentros el reclamo casi unánime ha sido el de mantener a las 16 selecciones. Esto significaría el fin de Metropolitanos. Probablemente esas ideas sean compartidas por la gran mayoría de los seguidores del béisbol en Cuba; aunque en la capital existe un criterio diferente y muchos confían en que se realice un ajuste que le permita a los Metros mantenerse como “segundo equipo” de La Habana, en la temporada 2011-2012.
¿Qué pasará finalmente? Por el momento todas son conjeturas; aunque la decisión debería conocerse pronto. Sin importar cuál sea el “veredicto”, una cosa sí parece segura: no todos quedarán complacidos y Metros continuará como el equipo de la discordia.
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